Autorizadas las obras de rehabilitación de la ermita del Barrio, en Ágreda
El proyecto está promovido por el Ayuntamiento
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La Comisión Territorial de Patrimonio Cultural de la Junta de Castilla y León ha autorizado hoy las obras de rehabilitación y consolidación de la ermita del Barrio o de Los Desamparados, situada en la calle Ermita de Ágreda.
Se trata de un modesto edificio del XVI construido sobre un solar de un zapatero morisco converso, Juan Medrano, que según la tradición fue convertido por la Virgen de los Milagros.
De escasas dimensiones y ubicado sobre lo que sería una torre de la muralla y junto al arco árabe del Agua, en él se localiza la sacristía de la ermita y un espacio superior al que ahora no se tiene acceso.
Se encuentra en mal estado de conservación, con humedades, pérdida de material y falta de consolidación de sus muros, para cuya rehabilitación se pretende la renovación de sus cerramientos exteriores, estructura y cubierta.
El proyecto, promovido por el Ayuntamiento de Ágreda, contempla la limpieza de vegetación superficial, picado de revestimientos interiores y exteriores y demolición completa de cubierta y aleros; el recrecido de la fachada en algunas zonas; la colocación de zunchos de hormigón armado para el sostenimiento de jácenas de madera laminada que sostendrán la cubierta; y la instalación de carpintería de madera, barandilla de tubo de acero,una escalera escamoteable y pavimento de adoquín.
Antiguo Hospital de San Agustín
Por otra parte, la comisión territorial de Patrimonio Cultural ha autorizado el proyecto de restauración de cubiertas del antiguo Hospital de San Agustín, en El Burgo de Osma, promovido por el Ayuntamiento burgense.
El proyecto desarrolla la restauración del lucernario que cubre el patio central, realizado en los años ochenta, que presenta numerosos problemas de estanqueidad.
Esta edificación barroca, de finales del siglo XVI,fue declarada Bien de Interés Cultural, con la categoría de Monumento, en marzo de 1999. Fue fundada por el obispo Pedro García de Montoya, en 1468, para el acogimiento de peregrinos y enfermos, en la huerta de Nuestra Señora del Espino, extramuros de la villa, para evitar la propagación de enfermedades en la población.