Las danzas del paloteo unen a San Leonardo
La iglesia parroquial de San Leonardo de Yagüe se ha llenado al mediodía de hoy de público para asistir a las danzas del paloteo, una tradición que tiene reminiscencias celtibéricas y pastoriles y que quiere ser reconocida como fiesta de Interés Turístico Regional.
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Vecinos y visitantes han acudido un año más a la cita que se produce en la festividad de las Virgen de las Candelas y que se repetirá mañana sábado en San Blas.
Las once danzas del paloteo -palo a modo de espada y "cobertera" a modo de escudo- han vuelto un año más a bailarse por ocho danzantes en el altar mayor del templo parroquial, en un momento de religiosidad que impresiona todos los años tanto a los hijos del pueblo como a los visitantes.
Los danzantes han ido saltando, cambiando de posición, se han ido entrelazando y se han enganchado según los pasos de cada danza y siempre al ritmo del sonido seco y fuerte del palo y la cobertera y armonizados por la gaita y el tamboril
La alcaldesa de San Leonardo de Yagüe, Belinda Peñalba, ha reconocido que seguirán insistiendo, como lo hizo la anterior corporación, ante la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León para conseguir la declaración de Fiesta de Interés Turístico Regional para estas danzas de paloteo que tienen cada año más repercusión en uno de los "pocos" pueblos de Castilla y León donde se han conservado.
"Vamos a volver a intentarlo; retomaremos la iniciativa; ya tenemos algún contacto con Valladolid", ha declarado.
Peñalba, que ha resaltado el interés y atractivo de estas danzas del paloteo, ha señalado que toda la corporación sanleonardina está unida en el interés de conseguir este reconocimiento.
El Ayuntamiento de San Leonardo tiene documentada que las danzas del paloteo se bailan al menos desde el siglo XVIII y que estuvieron a punto de desaparecer a principios del siglo XIX, debido a la emigración a América de hijos de San Leonardo.
Uno de los danzantes, Pedro Rupérez -que lleva 27 años sin faltar a la cita-, ha resaltado la emoción que se siente siendo uno de los protagonistas de esta fiesta.
Ser danzante es un privilegio para los sanleonardinos y, cuando toca la retirada, los propios miembros del grupo de danzas buscan a las personas que entienden más idóneas para perpetuar esta tradición, que necesita ensayar desde las fiestas de Navidad para conseguir la armonía en los pasos y en el golpeo de los palos.
Las danzas del paloteo, según ha dejado escrito en su libro el estudioso Carmelo Rubio, son posiblemente de origen celtibérico y, con el paso del tiempo, se convirtieron en danzas religioso-guerreras.
Los señores de San Leonardo, Juan Manrique de Lara y su esposa Ana Fajardo, transformaron en el siglo XVIII estas danzas, "por la gracia del rey Felipe II, en vasallaje, gala o servidumbre de su misma casa y vistieron a los danzantes con la traza e indumentaria de majos de este siglo que han conservado hasta la fecha.
Estas danzas, según ha dejado escrito Mercedes Rubio Condado en su estudio "Tradición de Pinares: San Leonardo", reconocido con el primer premio del Certamen "José Tudela", son celtibéricas y fueron repartidas mediante la carretería Duero abajo hasta Palencia, Valladolid, Zamora y Salamanca.
San Leonardo demuestra su arraigo desde siempre a esta tradición, al haberla mantenido firme pese a tantas prohibiciones eclesiásticas y civiles como ha habido en la historia, entre ellas, la más tajante, la de Carlos III en el siglo XVIII, que prohibía bailar en el interior de los templos.