¡De hoy en un año!: la Pinochada
"La Pinochada" ha vuelto a escenificar en Vinuesa el papel protagonista de las mujeres en una disputa en un pueblo vecino por la imagen de la Virgen.
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Más de trescientas mujeres, en concreto 341, -más que el año pasado- han simbolizado este miércoles en Vinuesa su papel protagonista en una tradición milenaria que se conoce como “Pinochada”, que cuenta con el reconocimiento de fiesta de interés turístico regional.
En tiempos de gestos reivindicativos para defender los derechos de las mujeres en la sociedad, con Amaral mostrando su busto en el concierto de Sonorama, Vinuesa ha revivido este miércoles un año más su tradicional Pinochada, donde las mujeres son las auténticas protagonistas.
El alcalde de Vinuesa, Juan Ramón Soria, ha reconocido su satisfacción porque la tradición, más oral que escrita, se siga manteniendo y lo haga con mayor participación de las mujeres y con la presencia notable de niñas.
Soria ha resaltado el papel que siempre ha tenido la mujer en Vinuesa, “una mujer fuerte y con su reivindicación diaria de lo que son y encantados de que siga siendo así”.
Begoña, visontina de la cofradía de la Virgen del Espino –que agrupa a las casadas- ha vuelto a salir este año vestida de piñorra después de años sin hacerlo por motivos laborales y ha reconocido que se siente “mucha pasión” en un “día muy emocionante”.
Miriam, de 11 años, se viste de piñorra desde más pequeña, tras conocer el significado de la fiesta por sus padres y del papel decisivo que jugaron las mujeres para ganar, armadas con ramas de pino, la batalla a un pueblo vecino por la imagen de la Virgen.
Las piñorras han desfilado desde la ermita de la Soledad hasta la plaza Mayor, donde se han formado dos "ejércitos", uno de hombres y otro de mujeres, para enfrentarse, en una escenificación, primero casados contra solteros, cada uno en sus cofradías, y vencer, por dos veces, los primeros.
A la tercera, ambos bandos han lanzado los sombreros al aire en señal compartida de victoria y acto seguido han entrado en acción las mujeres, armadas con sus pinochos, que repitiendo los tres enfrentamientos han terminado con la victoria de las casadas, la cuales previamente han pedido ayuda a la Virgen.
A continuación ha tenido lugar la humillación de los capitanes y la Pinochada propiamente dicha.
Los jefes de ambas cofradías, casados y solteros, rodilla en tierra, han juntado sus rodelas para que las mujeres, dispuestas en dos largas filas, golpeen una tras otra los escudos con las ramas de pino y a ritmo creciente.
Ha tenido entonces lugar el momento más esperado de la Pinochada, cuando las mujeres han roto filas para perseguir a los varones por la plaza Mayor para darles un toque de pinocho, a la par que han exclamado el esperado "¡De hoy en un año!", una frase contestada por los hombres con "muchas gracias", y que perpetua, un año más, una tradición milenaria que resalta el protagonismo femenino