Covaleda sigue los pasos de su jota en San Lorenzo
Covaleda ha seguido al mediodía de hoy, San Lorencito, los pasos y los ritmos de su jota, una de las señas de identidad de este municipio de la comarca de Pinares.
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Casi un centenar de piñorras –más otro medio centenar de niñas- han danzado en la plaza Mayor de Covaleda, ante las miradas de vecinos y visitantes, todos ellos soportando treinta grados de temperatura en una jornada donde la sombra era un lujo.
Conocida también como “La Galana”, la Jota de Covaleda se atribuye al farmacéutico Ángel Terrel, fundador a su vez, en el mismo año, de la Banda de Música de Covaleda en 1928, según han dejado escrito en su trabajo de fin de grado en Historia y Ciencias de la Música, en la Universidad de Valladolid, Julia Escribano Blanco y Andrea Altelarrea Torrecilla.
Aunque no ha sido posible encontrar la partitura original, fue compuesta para las fiestas de San Sebastián.
La Galana de Tudela de Duero, en Valladolid, es una recreación de la Jota de Covaleda, melodía que obtuvieron de la película La Laguna Negra, dirigida por Arturo Ruiz Castillo en 1952.
La Jota de Covaleda es una de las piezas más representativas del municipio: es la que abre la jornada de baile del 11 de agosto, junto con los bailes de “La Rueda”, “La Caldereta” y el “San Lorenzo”, y la que da el pistoletazo de salida a la Feria del Chorizo en el mes de marzo. Pero no siempre fue así.
En su origen, se bailaba todos los domingos y festivos del año.
No fue hasta finales de la década de los 80 cuando, por iniciativa de algunas mujeres del pueblo, se le otorgó su propio espacio dentro de las fiestas de San Lorenzo.
Las promotoras han sido varias vecinas del municipio que, de manera desinteresada en los años 90, comenzaron con las labores de difusión entre los más jóvenes. Ellas son: Maribel Rioja, Nieves Jimeno, Cristina Mediavilla; más tarde, Pilar Sanz y María Contreras.
Desde un principio su pretensión fue la de enseñar el baile original que ellas aprendieron de pequeñas, con el objetivo de que no se echase al olvido y de que no fuese sustituido por otro baile moderno.
Pronto se sumaron mujeres y algunos hombres del pueblo, y cada vez más generaciones se unieron a una causa que sigue viva a día de hoy, y que tiene garantizado su futuro gracias a la colaboración de todas ellas y al legado que transmiten generación tras generación
La primera vez que la Jota se bailó en San Lorenzo fue en el año 1990, y el primer cartel que recogió a una danzante vestida de piñorra fue en el año 1993
La letra de la Jota está compuesta por Bienvenido García, y su danza ha llegado intacta hasta nuestros días.
Su disposición es por filas, el número de danzantes es variable, siempre número par, de unas ocho parejas.
Los pasos son diversos, coincidiendo el cambio con cada una de las secciones musicales.
Se baila con el traje típico de piñorra y el peinado utilizado es llamado moño de “picaporte”: numerosas trenzas sujetas con horquillas de moño y cogidas con un lazo negro de terciopelo. Como curiosidad, el traje de piñorra solía llevarse con la cabeza cubierta, con un pañuelo o mantillo en las ocasiones religiosas.
Orden
En primer lugar se baila la jota: primero el grupo de niños, y después el de mayores.
Tras la jota, el grupo de mayores baila dos danzas más: la Rueda, en la que dos grandes círculos concéntricos de parejas de piñorras bailan un paso de jota en movimiento; y la Caldereta, con la misma distribución y también en movimiento, en la que las parejas realizan diversos juegos de cruces.
Finalmente se baila el San Lorenzo, baile oficial de las fiestas de San Lorenzo que es danzado varias veces al día, tras cada actuación orquestal y en este caso, tras la jota.
Todo aquel lugareño o visitante que lo desee puede incorporarse a realizar este baile, consistente básicamente en correr en círculos concéntricos, en grandes filas agarradas por las manos, si se puede, al son de la música.