Somaén vigila la entrada al valle del Jalón
Su localización estratégica le permitió durante la Edad Media controlar el desfiladero del valle
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Somaén le espera a mitad de camino entre Madrid y Zaragoza por la antigua carretera nacional N-II. Es un pueblo bañado por el río Jalón y que domina un paraje natural muy singular, rodeado de cerros.
La localización estratégica de Somaén, entre Medinaceli y Arcos de Jalón, permitió durante la Edad Media el control sobre el desfiladero del Jalón.
La historia asegura que aunque no existe documentación al respecto, posiblemente los árabes ocuparon este emplazamiento y construyeron una fortaleza. De hecho, Somaén es una palabra árabe que, para algunos autores, se puede traducir como "dos torres".
La presencia humana está documentada muchos siglos antes. Ni más ni menos que en el Neolítico, gracias al hallazgo de vasijas campaniformes en la llamada Cueva de la Mora.
Pero tenga más o menos historia, lo que es indudable es que Somaén tiene hoy una visita reposada. Bañado por el río Jalón, el visitante podrá contemplar el paraje natural singular en el que se encuentra enclavado, a poco que suba por sus empinadas calles hasta el castillo.
Su castillo, del siglo XI, de origen árabe, y hoy convertido en posada, se alza en la zona más angosta del valle y parece surgir de la misma piedra.
El pueblo ofrece una bonita estampa con su disposición escalonada de casas de arquitectura tradicional y constituye un atractivo punto de salida de Soria antes de entrar en el Camino del Cid en la provincia de Zaragoza, que sigue el cauce del río Jalón.
El río Jalón traza a su paso por la localidad una serie de barrancos muy atractivos que se prolongan prácticamente desde Somaén hasta Jubera y Lodares, siguiendo en general el sinuoso trazado de la antigua N-II. A partir de Somaén, en dirección a Jubera, el valle comienza a estrecharse entre cerros atractivos, donde no es raro observar buitres y otras rapaces.
