"Mancheguito", el toro jubilo, regresó a su finca de Gallur
Los animalistas discrepan de la versión oficial y aseguran que fue sacrificado en el matadero
La Asociación Toro Jubilo desmiente las informaciones de PACMA
Taurinos y fuerzas de Seguridad protegen la celebración del toro jubilo
"Mancheguito", el toro que protagonizó el sábado el jubilo en Medinaceli, ya se encuentra en la finca de Gallur comiendo y recuperándose.
Medinaceli indultó al toro que llegó escoltado el mismo sábado desde Gallur (Zaragoza) para ser el protagonista del Toro Jubilo.
La Asociación Toro Jubilo y los vecinos del municipio han agradecido en un comunicado "a los miles de amigos que nos acompañaron anoche en nuestro mágico rito".
En el comunicado piden disculpas por los controles de seguridad y que la organización espera que "no se vuelvan a producir en el futuro".
La Asociación del Toro Jubilo asegura que "el verdadero protagonista de este rito ancestral, el toro, fue indultado tras la ceremonia, y partió hacia su ganadería de origen a la una de la madrugada, donde llegó en perfecto estado tres horas más tarde".
Según las mismas fuentes, el examen del veterinario al animal confirmó que, como en años anteriores, el toro "no presenta ningún daño y que ya ha sido reintroducido con su camada, donde hace vida normal".
El Partido Animalista ha ofrecido otra versión bien diferente sobre el destino del animal.
Matadero
A su juicio, al finalizar el festejo, el toro fue introducido en un camión para enviarlo al matadero, como exige el Reglamento de Espectáculos Taurinos Populares de Castilla y León en su artículo 23.
"Mancheguito estaría probablemente ciego, a causa de la quemadura de las córneas por el fuego y lesionado por las continuas sacudidas para intentar desprenderse de la estructura ardiente", ha lamentado PACMA.
Los animalistas acudieron a Medinaceli con la intención de boicotear el festejo, pero fracasaron y no lo lograron, aunque sí accedieron a las inmediaciones de la plaza, e incluso varios de ellos llegaron a entrar en el ruedo y fueron desalojados rápidamente por la organización y los aficionados.
En un momento de la lidia del toro, se coló en la arena una activista con la intención de acariciar y abrazar al animal, pero por suerte, un quite providencial de uno de los colaboradores, al verla se lanzó corriendo rápidamente hacia ella y le hizo un quite in extremis que la salvó de una cogida que hubiese dado la vuelta al mundo.