Doce delicias medievales invitan a ver Almazán
Este fin de semana la villa adnamantina celebra el segundo y último fin de semana de su XV Concurso de Pinchos y Tapas Medievales que organiza el Ayuntamiento en colaboración con la Red de Ciudades y Villas Medievales.
La asociación Gaya Nuño limpia tres montes de Tardelcuende
Recuerdo y Dignidad localiza a los nietos del catedrático represaliado en Cobertelada
Mañana y pasado (17 y 18 de febrero), la villa adnamantina celebra el segundo y último fin de semana de su XV Concurso de Pinchos y Tapas Medievales en el que participan doce bares y restaurantes de la localidad.
En horario de 12 a 16 horas, y con un precio de 2,50 euros el pincho, más la caña de cerveza o vino, se podrán degustar doce delicias, en dos, o como mucho tres, bocados. El concurso lo organiza el Ayuntamiento de Almazán, con la colaboración de la Red de Ciudades y Villas Medievales.
Todos los pinchos tienen en común que representan lo mejor de la cocina en miniatura, pero con mayúsculas, de Almazán, con ingredientes “medievales”.
Así, los cocineros de hoy utilizan los mismos de los que disponían los cocineros adnamantinos en el Medievo. Consecuentemente, no vale ninguno que llegara después del descubrimiento de América.
Con ellos, los chefs han cocinado doce joyas culinarias, pertenecientes a otros tantos establecimientos de la villa adnamantina. Con su descripción y su ruta, el Ayuntamiento de Almazán ha editado un folleto que es una magnífica guía gastronómica, con impresionantes fotos de cada uno de los pinchos que participan en el concurso, además de su ubicación y propuesta de ruta.
Degustar la XV Ruta del Pincho Medieval adnamantino este año es un viaje a la gastronomía medieval y un paseo por lo mejor de la cocina soriana desde un punto de vista clásico, pero también desde la cocina de vanguardia. La selección de pinchos es variada, sorprendente, y sobre todo, suculenta y sabrosa, como la gente de Almazán.
La originalísima ruta incluye un 'Volcán marino', con esencias frutales, cuya lava es un pate de setas; un 'Desayuno tardío', con tostada de pan negro y mantequilla de garbanzos; el 'Lucero del alba', a base de bombón crocanti de almendra marcona; una 'Delicia de carrillada asada', que reivindica la calidad del maridaje entre carne y la huerta adnamantinas; un 'Librillo de solomillo', con paté y manzana; un 'Capricho' a base de tosta de cebolla caramelizada, espinacas enriquecidas y pollo; un 'Canelón de cerdo ibérico', a base de pasta brick relleno de carne exquisita cubierta de crema de manzana; un 'Sushi de manitas de cerdo' en el que el pescado no es lo que parece; un 'Rollito de solomillo', relleno con crujiente de chirivía; un 'Rollito de pollo', con pera, dátiles y mermelada de naranja; el 'Arbol de la vida', una tira de calabacín rellena de jamón de york, jamón ibérico y varios quesos; e incluso un 'Tesoro del bosque', con trampantojo de trufa de jarrete guisado incluido.
Probar los pinchos mientras se recorre Almazán, a este o aquel lado del Duero, será, sin duda, también este fin de semana en una gran experiencia turística.
Almazán, un tesoro por conocer
La villa fue, y es, encuentro de caminos y de pueblos. Sus monumentos y su cultura son el reflejo y la síntesis de cada una de las etapas que jalonaron su historia. No hay etapa artística y cultural que no se pueda contemplar en la ciudad.
De sus monumentos religiosos destacan las iglesias románicas de Nuestra Señora de Campanario, San Miguel (Monumento Nacional), San Vicente (Aula de Cultura) y San Esteban). La gótica de Santa María de Calatañazor o las barrocas de San Pedro y la ermita de Jesús Nazareno patrón de la villa. Tampoco deben dejar de visitarse los monasterios de Santa Clara y de la Merced, en este último murió y está enterrado el dramaturgo Tirso de Molina.
Entre las edificaciones civiles, el visitante no puede dejar de admirar el palacio de los Hurtado de Mendoza, ubicado en la monumental Plaza Mayor, y el puente medieval, desde el que la contemplación de las aguas del Duero en cualquier época del año, es un deleite de los sentidos.
Cercando y rodeando, prácticamente todos sus monumentos está su magnífico recinto amurallado (siglos XII-XIII). Se conservan las puertas de la Villa, del Mercado y de Herreros.
Callejear contemplando todos sus rincones, recorrer el paseo de ronda por las murallas, bajar hasta el inmenso parque de La Arboleda, lugar de encuentros Feriales (Feria de Muestras y Feria Venatoria) y disfrutar de su entorno natural y de las múltiples posibilidades de ocio de las que dispone, es siempre un placer de esos que gustan más por ser minoritarios. Hacerlo degustando además delicias medievales, es sin duda la mejor manera de intuir la primavera.
Sobre la Red de Ciudades y Villas medievales.
Red de Ciudades y Villas Medievales es una alianza integrada por nueve municipios de la Península Ibérica cuyo patrimonio medieval les confiere un atractivo turístico de primer nivel. La Red, que atraviesa la península de Norte a Suroeste, tiene como fin la promoción y difusión de estas localidades, en las que el medievo ha dejado su poderosa huella. Almazán, Ciudad-Rodrigo, Consuegra, Estella-Lizarra, Hondarribia, Laguardia, Olivenza y Sigüenza en España, y Marvão en Portugal integran esta unión de ciudades y villas que encierran imponentes paisajes, gastronomía y oferta cultural.
Entre los fines de la Red de Ciudades y Villas Medievales destaca la promoción turística y la organización de determinados eventos que permitan dar a conocer a un mayor número de personas estas localidades.