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Opinión

El enchufe

Ángel Coronado da la razón en este artículo de opinón al vecino que se queja de la falta de atención del Ayuntamiento de Soria para resolver un problema de su competencia como es mejorar la acometida a la red general de alcantarillado y evitar inundaciones en garajes y locales cuando hay tormentas. Así le recuerda al alcalde que un edificio no tiene enchufes, como los electromésticos, y le recuerda que debe atender más las peticiones de sus ciudadanos.

El enchufe

Estamos absolutamente de acuerdo en todo lo que dice D. Manuel Álvaro en su denuncia por un defecto en la construcción de la acometida a la red general de alcantarillado del edificio en el que reside a consecuencia del cual se producen inundaciones de aguas fecales cada vez que llueve de forma tal que dicha inundación acaece de forma necesaria y natural (El Mirón, 05_10_2025, con el título de “Pago de impuestos municipales y cumplimiento de las ordenanzas”).

Aparte el carácter vinculante o no de las manifestaciones del Procurador del Común, cuestión igualmente natural e interesante pero que no constituyen el objetivo principal de lo que sigue, y sin que por otra parte podamos evitar el mencionarlo y sobre lo cual comentaremos algo al final, intentaremos más bien mostrar solidaridad con quien (y con quienes) se ven obligados a soportar algo que no depende de su responsabilidad sino de quien, por entender que la tiene, se sacude las moscas tan ricamente. Es decir, que no estamos de acuerdo en nada de lo que contesta el Consistorio ante las quejas de D. Manuel Álvaro, aunque huelgue precisar que el Consistorio en sí no puede contestar, entendiéndose que todo lo que se dice que contesta el Consistorio debe ser atribuido a quien lo preside, esto es, al Alcalde.

Entendemos muy bien que el alcalde no alcance a saber que los edificios no son como los aparatos electrodomésticos o como las cosas que necesitan enchufes, por ser muebles. Los edificios son inmóviles, esto es, inmuebles, razón por la cual carecen de enchufe, y así como de una lavadora de ropa es difícil no encontrar el enchufe puesto que todas lo llevan, en un edificio ocurre al revés. Ningún edificio lleva enchufe, y es por eso tan difícil encontrarlo.

Puestos en esto, me remito al artículo del D. Manuel Álvaro y a lo que dicho señor le dice al señor alcalde. Nosotros le decimos lo mismo, y además le repetimos que está muy feo ponerse, como se pone, enfrente de lo que dice el Procurador del Común.

Feo por no decir otra cosa. Porque cuando alguien hace dos cosas feas empiezas a pensar que no son las cosas las que son feas, ni que tampoco es que lo sea quien las hace. Empezamos antes a pensar en lo que desde hace tiempo y por otras muchas razones venimos pensando muchos de por aquí.

Nuestro alcalde no es persona que parezca lo que un buen alcalde debe ser sino que por el contrario, sabe muy bien que los edificios no tienen enchufe, y si lo busca para enredarla, le diremos lo mismo que le dice D. Manuel, además de repetirle que no tiene nombre ni explicación su silencio ante la petición de un partido político que propone e indica algo tan razonable como establecer la necesidad de que las manifestaciones del Procurador del Común sean vinculantes.

La verdad, preferimos ver a nuestro alcalde cantando himnos religiosos en la misma entrada a la ermita de San Saturio o haciendo el mamarracho en Tardelcuende papamóvil (puro teatro, barato pero teatro en ambos casos), preferimos verle así, decíamos, que pareciendo que bisbisea con los dueños del Cerro de los Moros lo que nadie, ni nuestro santo Patrono, ni los moros ni Machado ni los ciudadanos de bien podemos oír, por no recordar lo inolvidable pero también y tan nítidamente audible y visible de cosas cuya letanía hemos de repetir: esa quinta planta de Los Pajaritos, ese embudo al final de El Espolón, ese campo, ese campo de golf, esa fuente de los colorines, esa rotonda cuadrada en la que te pierdes, ese bulevard de metro y medio de anchura con arbolitos en el centro que no es de autopista ni de travesía ni de paseo, vamos, que no es bulevard, esa falta de un simple paso de cebra para el Centro de Salud o para los viajeros que deciden cargar con su maleta en lugar de coger el inexistente autobús y, en general, ese recetario de los mil remedios para rotos y descosidos a los que toda buena matrona debe atender y todo buen médico de familia debe administrar. Eso sí, para luego dar la bienvenida a todas las subvenciones posibles, incluso con el carnet del partido que fuere bien guardado en la cartera o incluso bien incrustado entre los dientes. Eso sí, pero luego, que lo primero es lo primero, señoras alcaldesas y señores alcaldes.

En Soria tenemos uno, un alcalde, dice un señor soriano.

Ya lo sabemos. Y además, no alcalde pero sí procurador, en nuestra Comunidad, pero no en la de Vecinos sino en la de Castilla y León, tenemos un Procurador del Común. Un día de éstos le preguntaremos lo que un procurador del común hace cuando el alcalde de alguna ciudad se le pone de frente. Hemos preguntado al diccionario de la lengua sobre el sentido de la voz “procurador “

“Procurador”: Que procura. Usado, usada o usadas también como sustantivo.

Entendemos que ese plural se refiere a las diferentes acepciones que el diccionario admite para la citada voz. El Real Diccionario de la Academia admite las siguientes acepciones:

Como Adjetivo: Que procura. U.t.c.s. (Usado también como sustantivo)

Como Nombre m. y f.: Persona que en virtud de poder o facultad de otra ejecuta en su nombre algo.

Como idem ant: m. y f. : En las comunidades. Persona por cuya mano corren las dependencias económicas de la casa, o los negocios y diligencias de su provincia.

Idem ant. m y f.: En las comunidades religiosas persona que tiene a su cargo el gobierno económico del convento.

Nos parece que al Diccionario de nuestra lengua le falta algo. O dicho de otra manera, en  nuestra lengua, y con respecto a la voz “Procurador”, hay algo que resulta indecible. Se impone dejar en paz a la lengua y utilizar el habla. Aparece entonces en todo su esplendor y claridad eso que nuestra Academia denomina en plan fino como “neologismo” y que nosotros entendemos también como  palabro inventado y que se puede suplir por una frase de las de andar por casa, una fresca, una frase fresca de las de andar por casa entre las cuales nos acordamos de ésta;  Cuando al Procurador del Común se le pone enfrente un alcalde no le queda otra que decirle: “como sé que te gusta el arroz con leche, por debajo de la puerta te echo un ladrillo”.  

Fdo: Ángel Coronado

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