Acoso y derribo de la Soria tradicional
Juana Largo incide en este artículo de opinión en la transformación que ha sufrido la ciudad en los últimos años que ha acabado, o casi, con esa Soria tradicional. Una pérdida que se refleja en la desaparición del tejido comercial tradicional.
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Acoso y derribo de la Soria tradicional
Ya lo sabemos lo que dicen los sorianos de la diáspora cuando vuelven, cada temporada de fiestas en España o en vacaciones y cuando se ponen a pasear por el Collao: Que ¿quién será el siguiente en cerrar los establecimientos comerciales o lo que queda de ellos, si Monreal, si el Mesón o el Lázaro…? Por supuesto, hay algún otro, pero estos son un ejemplo de cómo van las cosas en Soria: la Soria tradicional, y no porque lo diga el archivero municipal, va para atrás, pero no para atrás como si se tratara de recobrar el pasado y hacerlo más lúcido en el presente, sino simplemente que no desaparezca…
Desde hace una temporada, desde que los dos grandes partidos gobiernan en la capital, empezando desde Encarnación Redondo hasta el actual alcalde, Soria ha sufrido una merma de su capacidad comercial en el centro de Soria, aunque no es solo el centro, también se puede contar desde el Duero a la Barriada, lo tradicional, en comercios, se va perdiendo.
Parece un plan, el de esta desaparición, que no tuviera nada que ver con nosotros, el resto de los sorianos, mas lo cierto es que es constatable que ha habido planes generales de ordenación urbana que parecen obcecados en acabar no solo con el comercio tradicional, sino asimismo con la Soria tradicional que muchas de nosotras y muchos de nosotros hemos conocido.
No se puede hacer una lista de todos los lugares cerrados, porque ya no recordamos el nombre de todos ellos, pero se puede mentar eso, que, desde el puente hasta la Avenida de Valladolid, los sitios de este calibre parece que van fracasando, porque en realidad se trata de un fracaso de la Soria antigua en pos de una extraña Soria “Moderna” que no repara en pérdidas y que estaría muy acorde en la crítica que estudiosos y conocedores de sus raíces sorianas, como Enrique Andrés Ruiz, han conocido igual que los demás y pudieran hacer esa crítica.
Ya cabe, pues, preguntarse, ante este ataque institucional a la Soria antigua, si el panorama ha cambiado por efectos de la producción industrialista desde hace unos años, acaso desde los tiempos en que Alfonso Guerra dijera aquello de que “a España no la va a conocer ni la madre que la parió”; seguida esta maniobra de Guerra, en la capital, por alcaldes sucesivos hasta llegar al actual, con lo más actual que tenemos –aunque todo el mundo calla- de la transformación a una ciudad “humanizada”…
Ahora se está quedando la ciudad bastante transformadita, ahora no se sabe ya si es Soria o es una ciudad cualquiera como las otras del mapa de España, porque Soria ha perdido –y perderá- caracteres propios si nadie, que creo que ya no se puede, lo remedia.
Lo cierto es que, antes, teníamos el color local de Soria, y no había turismo (que es lo que se reclama para salir del atolladero por muchas personas, como si debiéramos vivir solo del Turismo) y ahora es el “Partido Torreznista” el que gobierna en Soria. ¡Mal!... Porque las organizaciones empresariales se adecúan a la bolsa de dinero a ver cómo a esta situación se le puede sacar rentabilidad, coincidiendo en propósitos con los dirigentes políticos locales. Pero no pone ninguna otra alternativa más que, más que la Soria tradicional, la de la Soria del dinero fácil y capitalista, o sea, además creando insolidaridad entre los sorianos…
Esto viene a cuento con respecto a una imagen o foto de Face que nos muestra la fachada donde estaba el antiguo Bar Regio, lo que hace que se remuevan en una en sus recuerdos las imágenes tradicionales de una Soria que hemos conocido y nos haga preguntarnos, aunque pareciéramos borrachos que han frecuentado estas tabernas, que quién tiene la culpa de este acoso y derribo de la Soria Tradicional, y parece que los regidores locales se llevan la palma más que los regidores comerciales de cada sitio.
Estos segundos no es que no tengan valentía empresarial, que no tengan huevos para mantener un negocio, sino que es el sistema de funcionamiento “moderno” y capitalista de la ciudad los que deberían ser los responsables, no solo por dejar los caracteres propios de la ciudad, sino también por los bonitos impuestos a la iniciativa empresarial que pone el Concejo y afines, que no deja respirar a la gente. Pero, ¿de verdad tiene una voluntad así de pacata el Consistorio haciendo caso solo a las consignas capitalistas y en detrimento de una ciudad tranquila y con sus detalles populares y antiguos que tenía antes?
¡Soria ya ha cambiado! No solo ha cambiado sino que, además, es otra Soria la que tenemos enfrente, pero parece ya imposible el volver atrás y recuperar lo que teníamos. También hay que tener en cuenta que la población ha mudado algo. Desde luego la UE nos ha favorecido. Ahora, por ejemplo, no se da el caso de que toda la tribu de los jóvenes que salen de madrugada de marcha, acaben en los mismos lugares que abren a las siete de la mañana para poder comer un pincho de tortilla y tomar una cerveza, como si esto fuera una colonización de los muchachos y de las muchachas y todos coincidieran a la misma hora en la misma puerta de un bar para tomar el desayuno antes de irse a la cama. Esto, según las reglas de la Dolce Vita se hacía antaño por unos pocos calaveras que sabían elegir su lugar de dispendio; ahora lo podría hacer toda la muchachada…
No creemos que ese sea el caso en cuanto al cierre de los bares, y acaso podríamos decir que ahora la multitud se sabe esparcir no todos en el mismo lugar. No creemos que ello influya en la deriva de las incidencias del cierre de los bares, porque pensamos que, ahora, con lo cada vez más caro que está todo en el sistema capitalista que utiliza como mano “visible” el Concejo, influye más en el coste de mantenimiento de un bar o de una taberna que el conservar los tipos o caracteres tradicionales.
Acaso si yo no hubiera visto esa foto del Regio, no se me habría suscitado nada a escribir este articulillo, y sucede que los recuerdos, la memoria de un bar, me han llevado a tener nostalgia por una Soria que no es esta, sino otra. Dicho sea sin acritud, como diría Alfonso Guerra. ¿Nos habéis jodido España o qué habéis hecho, Alfonso?...
Fdo: Juana Largo