TRIBUNA / La madre del cordero
Mario González incide en este artículo de opinión en las amenazas que tiene el lechazo criado en Castilla y León y su principal alternativa para poner en valor la calidad de este producto nacional, frente a otros importados de otros países.
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TRIBUNA / La madre del cordero
Todos conocemos las campañas para defender y poner en valor los productos fabricados en España. En estas fechas destaca la del lechazo criado en Castilla y León como producto de la máxima calidad y con IGP de garantía. En ese sentido, llevamos años con la campaña de ASAJA SORIA que lleva el eslogan de “el cordero que no te lo vendan forastero”.
Sin embargo, los ganaderos de Castilla y León denuncian la entrada masiva de corderos procedentes de Italia y Francia a los mataderos españoles sin una información clara acerca de su procedencia y trazabilidad, pidiendo que no se mezclen los corderos de distinto origen y que el etiquetado del producto sea mucho más claro.
Los ganaderos son plenamente conscientes de que el mercado común facilita la libre circulación de los productos cárnicos y considero justo que intenten poner en valor la calidad del producto nacional, que exijan un etiquetado claro y que demanden las mismas exigencias de trazabilidad y control sanitario que tienen ellos aquí, en España.
Solo así podremos hablar de una competencia libre y justa. Y solo así el consumidor podrá elegir libremente: teniendo todos los parámetros del producto perfectamente claros. Lo que no veo es la denuncia de precios bajos que sigue a todo lo anterior.
Denuncian que los corderos franceses e italianos se venden a un precio inferior al coste de producción del lechazo en Castilla y León gracias al modelo de crianza, al mayor tamaño de los animales (pasan de 20 kilos en canal frente a los 12 de máximo del lechazo) y a la distinta alimentación (el lechazo solo toma leche materna mientras los foráneos le dan a la leche artificial y al pienso).
Los ganaderos, como empresarios, tienen que satisfacer la demanda del mercado y si los consumidores prefieren cordero lechal a lechazo no pueden pedir barreras para producir y vender un producto que está fuera de mercado.
Todos tenemos claro que son dos productos distintos. El lechazo es otra calidad y tiene un mayor precio. No puede competir por precio. Mercedes Benz es más caro que todos sus competidores, pero consigue vender muchos coches sin quejarse de lo baratos que están los Dacia. Esa denuncia de los sindicatos agrarios en el fondo pretende una protección hacia su producto.
Una protección que, afortunadamente, no cabe en la UE. Y que, además, no tiene ningún sentido. El mercado exige mejores precios para un mismo producto. Intentar competir con los corderos baratos con un lechazo caro es un disparate. El lechazo tiene que tener su sitio y su precio. Si el consumidor español ahora demanda cordero, los ganaderos españoles habrán de procurárselo, bien con un cordero mejor, bien con un cordero a mejor precio. Las barreras son pan para hoy –normalmente, además, para los amiguetes del poder- y hambre para mañana. Al consumidor lo trillan siempre.
La situación límite la tiene también ese consumidor que se ve sacudido, año tras año, por el infierno fiscal desatado por la PPSOE a la que sirven, en el fondo, todos esos sindicatos.
Desde ASAJA, pasando por la UPA y hasta la COAG. Cada uno tiene detrás a un partido político que también los amamanta artificialmente hasta el punto de haber creado un ovejismo servil entre sus líderes que, normalmente, son comisarios políticos. Quizá una mejor forma de defender los intereses de los agricultores y ganaderos sea abandonar el pienso de la PPSOE y hacer planteamientos profesionales e independientes. Apoyar al productor con hechos, no con propaganda política, para que pueda competir en los distintos mercados, no solo en el español. Si lo hicieran así, el problema lo tendrían los franceses y los italianos. Esa es la madre del cordero.
La única barrera que tienen que bajar es la de la normativa sanitaria: que no pueda entrar en España –ni en la UE- un solo cordero que no acredite haber pasado los mismos controles y garantías que se exigen en España (esto valdría en realidad para cualquier producto que circule en el mercado común o que se importe de terceros países). Sin embargo, estoy seguro de que nuestra frontera, la propia y la de la UE, por momentos, es un coladero en el que medran los imperantes y su séquito mientras los sindicatos miran para otro lado.
Los actuales sindicatos son de la PPSOE, no vuestros. Mientras lo vais reflexionando, dejaros de gambas y dadle al lechazo de Castilla y León.
Fdo. Mario González Casado. Abogado. Mautiko Abogados.