Plan para reducir en tres años las altas tasas de sobrepeso y obesidad
El Ministerio de Sanidad y las 500 principales empresas de la fabricación y distribución de alimentos y bebidas, así como las patronales de la restauración, los comedores colectivos y el vending, han firmado un gran acuerdo para reducir en el plazo de tres años y en una media del 10 por ciento los azúcares añadidos, las grasas saturadas y la sal que contienen los productos alimenticios más consumidos en España.
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Los objetivos fundamentales del denominado "Plan para la mejora de la composición de los alimentos y bebidas’" según ha resaltado la propia ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, son reducir las altas tasas de sobrepeso y obesidad que tienen los españoles, especialmente los niños, y luchar contra las principales enfermedades crónicas, muy influidas por el sobrepeso o los consumos excesivos de azúcar o sal, como son las diabetes, la hipertensión, las enfermedades cardiovasculares (ictus o infartos, por ejemplo), así como varios tipos de cáncer.
Los fabricantes se han comprometido a rebajas del 10 por ciento de los azúcares añadidos antes de 2020 en los principales refrescos, néctares de frutas, y en los productos lácteos y salsas —hasta el 18% en la mayonesa—; retirada que solo alcanzará sin embargo el 5% en las referencias de bollería industrial, helados y galletas. La mayor reducción se dará en las bebidas isotónicas, con un recorte del 21 por ciento.
La reducción de azúcares está especialmente pensada para los niños y adolescentes españoles, pues más de la mitad consume un cantidad superior a la aconsejada por la OMS, proporción que se dispara hasta el 70% en los pequeños de 3 a 9 años.
De hecho, los fabricantes de refrescos se comprometen también a no hacer campañas publicitarias dirigidas a menores de 12 años, a no vender sus productos en colegios de Primaria y a vender solo bebidas bajas en calorías en los centros de Secundaria.
En lo relativo a las grasas saturadas, el principal compromiso abarcará a los platos preparados y a los aperitivos salados, con rebajas del 10%, pero de nuevo en el caso de las galletas y la bollería solo se alcanzará el 5 por ciento de reducción, como también ocurrirá con las salchichas y embutidos.
Pero, a cambio, los fabricantes prometen realizar porciones y presentaciones de bollería de menor tamaño. La sal sufrirá las mayores retiradas en los derivados cárnicos (16%) y en los platos preparados y aperitivos salados (10%), con un pico de descenso del 13,8% en las patatas fritas, y, por contra, las menores reducciones en las cremas de verduras (6,7%) y las salsas (5%).
La lucha se extenderá a la hostelería y el vending. Los bares y restaurantes reducirán al 50% el contenido de sus sobres monodosis de azúcar y al 33% el de los sal, tendrán saleros con menos agujeros y retirarán este tipo de aderezos (también las salsas) de las mesas.