Castilla y León recupera 11.258 toneladas de aceites usados
La crisis del Covid-19 ha supuesto para el sector de los aceites industriales una convulsión sin precedentes. El tejido empresarial dedicado a la gestión del residuo en Castilla y León ha sufrido un desplome de actividad que podría comprometer su viabilidad.
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La ralentización de la actividad industrial y la paralización de la automoción han provocado una caída de las ventas de lubricantes de cerca del 40 por ciento entre los meses de marzo y mayo.
En el mismo sentido, el tejido empresarial dedicado a la gestión del residuo en Castilla y León ha sufrido un desplome de actividad que podría comprometer su viabilidad, y por tanto la recogida de este residuo peligroso. A
nte ello, SIGAUS, el sistema integrado de gestión de aceites usados, ha reaccionado multiplicando por seis la financiación aportada a estas empresas, que en 2019 recogieron 11.258 toneladas de aceites usados en Castilla y León y prestaron servicio a 5.000 establecimientos que generaron este residuo.
Tras la crisis del Covid-19, SIGAUS ha apostado este 2020 por contribuir a la recuperación económica y social de Castilla y León en clave ambiental.
Conocedores de la importancia de este momento de ‘reconstrucción’, y del papel impulsor que la Economía Circular debe jugar en la misma, SIGAUS ha incrementado de forma notable la financiación de la recogida del aceite usado para contribuir a la supervivencia del sector gestor y garantizar que este residuo peligroso se sigue recogiendo y tratando, evitando un importante impacto ambiental, y generando con él nuevas materias primas, además de ahorrar emisiones de efecto invernadero y consumo energético.
Impulsar la recuperación respaldando a la red gestora
El residuo que generan los aceites lubricantes procedentes de los motores de los vehículos y la maquinaria industrial contiene sustancias tóxicas y metales pesados que lo convierten en un potente enemigo para el medio ambiente.
Desde 2007 el sistema SIGAUS se encarga de su recogida y correcta gestión en toda España, gracias a una red de casi 200 instalaciones gestoras, 9 de ellas ubicadas en Castilla y León.
Se trata, en muchos casos, de pequeñas empresas de carácter local que este año han visto amenazada su subsistencia debido a la pandemia.
Ante la paralización de su actividad, con una caída media del 40%, SIGAUS ha llevado a cabo una modificación total del modelo de financiación aplicado hasta ahora y que estará vigente hasta finales de año, para asegurar la continuidad de la recogida del aceite usado, con independencia de la cantidad o del lugar donde se produzca el residuo. Así, SIGAUS está abonando desde el mes de abril una cantidad fija mensual a cada una de estas empresas, en función de la actividad realizada el año pasado, proporcionando una línea estable de ingresos desvinculada de la precaria situación de 2020. El cambio puede llegar a suponer (tomando como referencia la actividad real registrada en el mes de abril) un incremento en la cantidad percibida por tonelada recogida cercano a 6 veces la cantidad percibida en 2019. Adicionalmente, se han agilizado los plazos de pago a estas empresas (de 60 a 30 días) con el fin de inyectar liquidez en el sector.
Intensa actividad en zonas vulnerables
Durante 2019, en Castilla y León se recogieron y reciclaron un total de 11.258 toneladas de aceites industriales usados, a través de más de 10.000 recogidas registradas y atendiendo con ello a 5.036 establecimientos productores repartidos en 1.019 municipios (que abarcan al 90,7% de la población de la comunidad autónoma).
2.562 de estos establecimientos tenían que ver con la automoción, 857 eran industrias y 1.617 realizaron otras actividades (construcción, servicios o instalaciones de la Administración, entre otras).
Debido a la amplia diversidad de usos del aceite lubricante (desde todo el parque de vehículos a la maquinaria agrícola, y desde una gran industria a un pequeño transformador de un lugar remoto), el aceite usado se genera de forma muy fragmentada y dispersa geográficamente, por lo que resulta crucial dar cobertura a todos los puntos del territorio de Castilla y León, incluyendo las zonas rurales y alejadas de los grandes focos de población y actividad económica, donde los costes logísticos de la gestión del residuo se multiplican.
En Castilla y León, durante 2019, el 94 por ciento de los municipios en los que SIGAUS recogió aceites usados son rurales. En ellos atendió a 2.501 productores.
Asimismo, se atendió a 1.226 productores en zonas de montaña y a 1.286 situados en localidades de menos de 1.000 habitantes. Y se registró una intensa actividad en zonas de alta vulnerabilidad ambiental.