CSIF adquiere medidores de CO2 para los colegios
Ante el incumplimiento de la Junta, que prometió dotar a colegios e institutos públicos de medidores de concentración de CO2, CSIF de Valladolid ha adquirido varios de estos equipos, y sus delegados de prevención están acudiendo a los centros para enseñar a los docentes a utilizar estos aparatos, realizar las mediciones e interpretar los valores.
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Con esta sencilla medición, maestros y profesores pueden adaptar la ventilación de las aulas con niveles de CO2 óptimos.
CSIF Valladolid comenzó, hace unas semanas, a revisar la adecuada ventilación de las aulas escolares utilizando equipos de medición de CO2, puesto que su acumulación es el mejor indicador de la necesidad de ventilación.
Sus delegados de prevención de riesgos laborales recorren los centros y comprueban ‘in situ’ si las aulas están correctamente ventiladas.
Muchos docentes habían acudido a los servicios de del sindicato independiente, para expresar sus dudas e inquietudes, pidiendo asesoramiento sobre las medidas de prevención frente al Covid-19 marcadas por la Junta, que no está ofreciendo la información suficiente.
Entre esas medidas está vigilar que haya una buena calidad del aire, para lo que hay que ventilar suficientemente las aulas.
CSIF ha acudido a los centros escolares tras citarse con algún miembro del equipo directivo, ya que los accesos a los centros escolares están limitados este curso.
En estas visitas, se ha comprobado que, ante la preocupación de padres y trabajadores, algunos equipos directivos han optado por la compra de equipos medidores de CO2.
“Son casos contados con los dedos de una mano, puesto que la gran mayoría de colegios e institutos no cuentan con estos equipos prometidos por la Junta, que permiten hacer mediciones periódicas”, ha afirmado la organización sindical.
“Ha quedado demostrado objetivamente, ante la pequeña cantidad de aulas que han tenido que ser confinadas durante el primer trimestre del curso, que los trabajadores de los centros escolares públicos han sido responsables y cumplidores, en la aplicación de las medidas preventivas frente al Covid-19, concienciando además a los alumnos sobre su aplicación “, ha añadido.
Las distancias de seguridad, la entrada y salida escalonada de alumnos, los grupos burbuja reducidos, el uso de mascarillas o la aplicación del gel hidro alcohólico, “se han convertido en algo habitual y cotidiano dentro de los centros.
“Es la ventilación de estancias, especialmente aulas y baños -algo imprescindible-, la medida que más problemática ha generado. Cuando las temperaturas eran más tolerables e incluso agradables, las ventanas estaban permanentemente abiertas, pero ahora es necesario medir la saturación de CO2 en las aulas, para adaptar el tiempo de ventilación. Los profesores y maestros no saben si están ventilando adecuadamente, puesto que hacerlo ‘a ojo’ es imposible”, ha resaltado.
Dependiendo de las condiciones del aula, del número de alumnos e incluso de su edad, los datos sobre la acumulación de C02 pueden variar mucho, ha explicado CSIF.
“Es sorprendente la velocidad que suben los valores al mantener las ventanas cerradas. Pero mantenerlas abiertas constantemente, en este periodo invernal, propicia que alumnos y docentes enfermen. Es necesario llegar a un equilibrio entre ventilación y una temperatura ambiental correcta, nunca por debajo de los 17 grados”, ha advertido.