Unos toros hermanados, pero menos, en el Lavalenguas
Casi tres horas para encerrar a los utreros en los corrales de Cañada Honda
Los alumnos de colegio Santa Isabel cumplen su sueño
La lucha contra la despoblación encabeza los ejes del PP para la Diputación
Dos horas y media se ha prolongado el encierro de los novillos de La Saca en los corrales de Cañada Honda para protagonizar esta tarde el festejo presanjunero del Lavalenguas. El encierro, largo y peligroso en algunos instantes, ha necesitado finalmente del auxilio del camión, para transportar a los dos novillos más remolones.
Los caballistas han entrado en la campa de Cañada Honda en torno a las ocho y media de la mañana, pero el primer intento para encerrar a los novillos de la ganadería de Laura Velasco, con encaste Jandilla, no ha sido el último. Se hablaba en la víspera de novillos hermanados, tras criarse en una finca madrileña, pero en su encierro no han dado esta sensación.
El primer astado ha entrado, solo, en los corrales, cinco minutos antes de las nueve de la mañana. Lo ha hecho por la zona de los árboles. Minutos después, han entrado también, por arriba, otros tres, y el quinto toro lo ha hecho a las nueve y cuarto de la mañana.
Los caballistas y los mansos han regresado hasta la zona de abajo de la campa para conducir a los siete restantes. Diez minutos antes de las diez, han entrado otros tres por la puerta grande de los corrales, en una estampa muy bonita para los sanjuaneros que han acudido a este prefestejo. Cinco minutos después ha entrado otro toro en los corrales quedando sólo tres fuera.
Estos tres utreros se han hecho esperar, al no entrar a los cortes de los caballistas que querían conducirles a los corrales. Dos de ellos se han defendido en la parte baja de la campa y han necesitado, superadas las once de la mañana, la asistencia de un camión para su transporte.
Pero en definitiva los toros ya están preparados para la fiesta del Lavalenguas de esta tarde, donde se espera una gran afluencia de sanjuaneros, unos para disfrutar desde las rocas el juego que den los astados, y otros para citarlos en la campa.
Los toros pesan una media de 480 kilogramos, con lo que habrá que tener precaución, según ha recomendado en la víspera el alcalde de la ciudad, Carlos Martínez.
Además hay que recordar que, por segundo año consecutivo, no habrá atención sanitaria en el interior de Cañada Honda y los posibles heridos deberán ser evacuados por los propios sanjuaneros hasta los puestos de voluntarios de Cruz Roja.
