Soria, lejos de ser motor de desarrollo
Soria ha perdido 241 habitantes en la actuaalización del padrón municipal, a 1 de enero de 2022. La capital superó los 40.000 habitantes empadronados en 2012.
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El alcalde de Soria Carlos Martínez ha dado cuenta este viernes de los datos oficiales del padrón municipal que, a 1 de enero de 2022, reflejan una población de 39.438 habitantes de derecho, con una disminución de 241 habitantes respecto al año anterior.
Fue en 2012 cuando la ciudad consiguió superar los 40.000 habitantes empadronados (exactamente 40.147), una cifra que no ha vuelto a superar en la última década, donde se han registrado pequeñas subidas y bajadas del padrón, en una ciudad que soporta en determinadas épocas del año, según los consumos de agua y basura, hasta 75.000 habitantes, debido a la población flotante y al turismo.
En 2020, el padrón municipal llegó hasta los 39.821 habitantes; en 2019, a 39.398; en 2018, a 39.112; en 2017, a 38.881; en 2016, a 39.171; en 2015, a 39.164; en 2014, a 39.516; en 2013, a 39.753.
En 2007, cuando Martínez asumió la alcaldía de la ciudad el padrón reflejó ese año 39.078 habitantes. La anterior alcaldesa, Encarnación Redondo (PP), llegó con 35.178 habitantes empadronados en 2003.
Martínez ha apuntado que la causa del último descenso en el padrón tiene que ver con el mayor índice de mortandad que ha habido durante la pandemia, aunque no sea el único motivo.
Lejos está el objetivo que se venía posible hace quince años de superar los 50.000 habitantes empadronados, con la ejecución de la Ciudad del Medio Ambiente (CMA) -frustrada con su judicialización-, la puesta en marcha del nuevo centro penitenciario -con más de 500 funcionarios de prisiones comprometido pero que se ha abierto lejos de esta cifra-, y el polígono industrial de Valcorba, que sigue sin despegar a la hora de atraer empresas.
Soria capital sigue estando muy lejos de ser un motor de desarrollo de la provincia. Y la causa no es otra que falta generar mucho más empleo de los anuncios oficiales.
Durante décadas, la capital ha nutrido del éxodo rural de la provincia, pero éste parece que ha remitido, por puro agotamiento del medio rural, en el que cada día quedan menos pobladores jóvenes. Desde los años ochenta, la provincia ha registrado crecimiento natural negativo, lo que significa que fallecen muchos más habitantes de los que nacen.
Es una de las causas del descenso poblacional, junto a la vuelta de los inmigrantes a sus países de origen o la emigración de jóvenes por la crisis.
Pero el gran problema es que no se ha apostado por desarrollar económicamente cabeceras de comarca que hubieran absorbido la emigración agrícola rural durante la industrialización, según ha dejado escrito el profesor titular de Análisis Geográfico Regional de la UVA, Jesús María Bachiller, quien ha apuntado que la primera alternativa a la despoblación en Soria es la la recepción de más inmigrantes de los que tiene en la actualidad, y proporcionarles unas condiciones de trabajo al menos iguales que las de los sorianos.
La provincia, que hoy no tiene los 89.000 empadronados, llegó a alcanzar 161.182 habitantes en el año 1950, un 44 por ciento más de población actual.