Sindicatos (y II)
Mario González defiende en este artículo de opinión otro modelo de representación de los trabajadores, alejado del actual sistema de sindicatos financiados por el Gobierno de turno.
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SINDICATOS (II)
La semana pasada hablábamos del ‘nuevo sindicato vertical’ creado de facto por UGT y CCOO bajo los auspicios de la PPSOE, a imagen y semejanza del que creara el General.
Hoy queremos matizar uno de sus mantras: el encarecimiento del despido. Aunque los jueces están para aplicar la Ley, una reciente sentencia del TSJ de Cataluña sorprendía al condenar a una empresa, por un despido, a pagar 48 días por año trabajado con un máximo de 3 años (cuando la Ley señala, desde 2012, un máximo de 33 días y 2 años), justificándolo en que "cuando la indemnización legal y tasada resulte notoriamente insuficiente, podrá fijarse otra superior que alcance a compensar los daños totales y perjuicios que el acto ilícito del despido haya podido causar para eliminar así del mundo jurídico sus perniciosos efectos totales" siguiendo, a su decir, el convenio 158 de la OIT y el Art. 24 de la Carta Social Europea (CSE), para terminar reconociendo que "tendrá que ser el Tribunal Supremo el que termine unificando doctrina".
Por otra parte, el CEDS (Comité Europeo de Derechos Sociales) tiene encima de la mesa una reclamación de UGT sobre el coste del despido en España, tras los dictámenes favorables cosechados por otros sindicatos europeos, en aplicación del 24 CSE que reza: “…para garantizar el ejercicio efectivo del derecho de los trabajadores a protección en caso de despido, las Partes se comprometen a reconocer: a) el derecho de todos los trabajadores a no ser despedidos sin que existan razones válidas para ello relacionadas con sus aptitudes o su conducta, o basadas en las necesidades de funcionamiento de la empresa, del establecimiento o del servicio; b) el derecho de los trabajadores despedidos sin razón válida a una indemnización adecuada o a otra reparación apropiada. A tal fin, las Partes se comprometen a garantizar que un trabajador que estime que se le ha despedido sin una razón válida tenga derecho a recurrir ante un organismo imparcial”.
Resulta obvio que España cumple con el 24 CSE, empero los sindicatos presionan para encarecer el despido, esto es, los costes de las empresas, lo que además de presionar al alza los precios de las cosas, puede cambiar la protección del despido en España cerrando la puerta al actual sistema objetivo -mayoritario en Europa- para abrir una ventana a la individualización de la indemnización que traerá más inseguridad y más desigualdad en las relaciones laborales, alterando todo ese mercado.
¿Es barato el despido en España? ¿Lo tiene que pagar siempre el empresario? ¿Es justo que un empleado acumule indemnizaciones por despido mientras otros no lo hacen? Es un tema complejo.
Está claro que la protección del 24 CSE es necesaria, pero debería pender, como la jubilación, de una cuenta individual -sin entrar ahora en si su financiación deber ser por el empleado o también por la empresa o incluso con la ayuda de la TGSS- para poder disponer de la misma, en forma de renta o de capital, para cubrir una serie de sucesos tasados (p.e. despido, transición a otro puesto, transición a autónomos…) pudiendo, incluso, completar la pensión de jubilación con el saldo no dispuesto durante la vida laboral. Esta propuesta cumpliría también con la CSE y eliminaría cualquier contingencia o desigualdad tanto para empleados como para empleadores. Permitiría al empleado ‘ganar su propio despido’ sin cargar su protección sobre nadie, flexibilizando el mercado de trabajo y abriéndolo a muchas más contrataciones. Flexibilidad y responsabilidad en un mercado de trabajo libre en el que todos podamos crecer. ¿Imposible? No. Hay millones de personas que ya lo hacen: los llamamos autónomos.
Está claro que los sindicatos se representan a sí mismos y no a los empleados.
Con una afiliación que no llega al 13 por ciento, viven de las subvenciones y no de las cuotas sindicales como presumen (la prueba la tienen en que recortadas aquellas por la JCYL, UGT haya dispuesto un ERE de extinción para 76 empleados y CCOO un ERTE sobre otros 54).
Los sindicatos –y la CEOE- viven de las subvenciones de la PPSOE y representan a la PPSOE.
Por eso, tras años de avances laborales gracias a esa acción sindical, España bate récords de ‘Paro’ y de precariedad y por eso también somos ahora la 16ª potencia mundial frente a la 8ª que consiguiera el General (que fue también quién instauró los principales mecanismos de protección del empleado).
Los sindicatos y su dueño, la PPSOE, han conseguido arruinar el mercado laboral español y convertir el ‘Paro’ en un problema estructural y endémico de España.
Va siendo hora de pensar en algo distinto y mejor, y en dejar de seguir al flautista de la PPSOE y a sus sindicatos a sueldo si no queremos caer por el precipicio. T
enemos que descarbonizar nuestra economía de sindicatos subvencionados y de estupideces si queremos sobrevivir. Piénselo un poquito y actúe en consecuencia.
Fdo: Mario González. Abogado. Mautiko Abogados.