Jesús San Miguel recoge Premio Nacional de Investigación
el doctor Jesús San Miguel, director de Medicina Clínica y Traslacional de la Universidad de Navarra, ha recibido esta semana en Barcelona de manos del rey Felipe VI el Premio Nacional de Investigación “Gregorio Marañón” en el área de Medicina.
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Según el Ministerio de Ciencia e Innovación, este galardón reconoce la contribución pionera a la investigación biomédica del doctor San Miguel, nacido “que ha producido, entre otros, un cambio de paradigma en la concepción de patologías como el mieloma múltiple y en sus tratamientos”.
San Miguel, especialista en Hematología y Hemoterapia, ha reconocido que “como médico es un honor recibir el Premio Nacional de Investigación, que representa una de las figuras más emblemáticas de la medicina por su impacto no sólo científico sino también humanístico”.
El Dr. San Miguel, nacido en Almarza en 1953, es licenciado por la Universidad de Navarra y doctor en Medicina por la Universidad de Salamanca. Es también catedrático de Hematología.
El director médico de la Clínica Universidad de Navarra ha recordado a los profesionales y hospitales con los que ha compartido su carrera profesional.
“Este reconocimiento, más que el reflejo de una historia personal, representa las historias de un conjunto de personas muy unidas a mi trayectoria profesional y personal, que me han prestado sus ideas, su inteligencia y su voluntad de trabajar para mejorar el futuro de los pacientes con mieloma, tanto en mi etapa en el Hospital Universitario de Salamanca, como ahora en la Clínica Universidad de Navarra”, ha manifestado.
En el acto celebrado en el auditorio del Centro de Convenciones Internacionales de Barcelona, el Rey ha señalado que la pandemia ha transmitido “la enorme importancia de la Ciencia y de su aplicación práctica”, subrayando que la vacuna contra el COVID-19 “no se habría podido conseguir sin los profesionales que dedican su vida a explorar las fronteras del conocimiento”.
Asimismo, Su Majestad ha insistido en que “es necesario que las políticas públicas se apoyen en la evidencia científica para que se puedan tomar las mejores decisiones, las más informadas y contrastadas, situando “a las personas en el centro de las mismas; es decir, con valores”.