Begoña Morras: “La Covid, ni en los peores sueños”
Begoña Morras, supervisora de la UCI en el hospital Santa Barbara de Soria desde el año 2002, se jubila esta semana y nos ha dejado todo un testimonio sobre el sufrimiento que ocasiona la pandemia. Ni en los peores sueños se imaginó una experiencia como la que le ha tocado vivir.
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Morras, que ha recordado que hace ahora un año se ampliaron las camas y el personal de la UCI, ha manifestado lo duro que resulta ver morir a mucha gente y comprobar la soledad a la que están condenados los pacientes.
“Entran algunos hablando y no salen. Les decía a mis compañeras que deberían de grabar 24 horas en la UCI, para ver cómo trabajamos y ponerlo en la plaza Mayor o en la de Herradores, para que vean lo que sufren los que trabajamos y los pacientes”, ha señalado.
Morras se ha preguntado en voz alta qué estamos haciendo mal la sociedad para que Soria esté soportando la incidencia tan alta de Covid en esta tercera ola, tras una primera que fue “horrorosa” y una segunda que parece que no afectó gravemente a la provincia.
Además ha incidido en que en esta tercera ola los pacientes de la UCI son más jóvenes.
La enfermera ha recordado cómo se incide con campañas en televisión para frenar la incidencia, por ejemplo, de los accidentes de tráfico o el tabaco, pero en el Covid no se está realizando.
Además ha reconocido el miedo con el que regresan a casa, tras la jornada laboral, para evitar posibles contagios.
Morras ha apuntado que la esperanza es que se extiende la vacunación, aunque ha advertido que no hay que bajar la guardia, porque hay personas que está vacunada o ha pasado el Covid y les ves por la calle y no toma precauciones.
“Cuando la mayoría estemos vacunados, será cuando veamos un respiro. Pero no llevamos mucha velocidad con las vacunas”, ha apuntado.
La Covid, en su carrera profesional iniciada en el hospital Santa Bárbara en 1982, ha sido lo peor.
“Ni en los peores sueños. Habíamos vivido el accidente de Golmayo, tuvimos también intoxicados por setas, que fue mucho estress en uno o dos días, porque no teníamos camas para todos… Lo de Golmayo ha sido lo peor que recuerdo. Pero con el Covid llevamos un año sin parar. Y recalcó siempre la soledad del paciente, del familiar y del personal sanitario, que es una angustia que no puedes ver a tu familia. ¿Merece la pena? Cuando sale uno, la verdad que dices que ha merecido la pena”, ha manifestado.