Ya regresan los pastores
El Plan de Dinamización Turística de Tierras Altas organiza el Día de la Trashumancia como atractivo turístico.
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La trashumancia regresa a Soria. Y lo hace como atractivo turístico para revitalizar Tierras Altas. Un rebaño recorrerá en dos jornadas la Cañada Real Oriental, desde Soria capital hasta Oncala. Las últimas ovejas trashumantes llegaron en 2001.
El Plan de Dinamización Turística de Tierras Altas ha convertido el duro oficio de pastor trashumante en una actividad turística que servirá para promocionar Tierras Altas. Nos pareció que es la seña de identidad de la zona y era bonito volver a darle protagonismo a la forma de vida que ha existido siempre, resalta su gerente Conchi Martínez.
El rebaño, de mil ovejas, llega desde Trujillo (Cáceres). Es de los hermanos José Mari, Ricardo y Basilio, de Navabellida, uno de los pocos pueblos de Tierras Altas, junto con Villartoso, Verguizas y San Andrés de San Pedro donde perduran hoy ganados trashumantes, tras la regresión sufrida por la actividad ganadera en el Alto Macizo Ibérico en los últimas décadas. Desde la estación del ferrocarril de Soria, el rebaño conducirá sus pasos desde el jueves por la Cañada Soriana Oriental hasta Oncala, dejando en el camino el acebal de Garagüeta y bordeando la cumbre de la sierra de Alcarama. El rebaño y los pastores no caminarán en este ocasión solos. Lo harán con personas interesadas en esta actividad, que arroparán el recorrido y sabrán más de este oficio cuando lleguen a Oncala.
Desde junio de 2001 no llegan rebaños trashumantes a Oncala y, para la ocasión, se ha preparado este sábado toda una fiesta que servirá de recuerdo y homenaje a este duro oficio. El conteo, la separación del ganado, almuerzo con migas pastoriles, exhibición de esquileo a tijera y marcado de ganado... Y al mediodía, está prevista la inauguración de la ampliación del museo de la trashumancia, además de un homenaje a los pastores trashumantes. Antaño, las vísperas del regreso del ganado trashumante eran días de agitación y nerviosismo entre el vecindario. Hoy, muchos años después, será un motivo de fiesta en Tierras Altas.
algo de historia
LA GRAN CREACIÓN de Soria fue la Mesta. Para comprender la importancia de las vías pecuarias, basta pensar que en algunos casos, por ejemplo a finales del siglo XVIII, el movimiento de las merinas superó los cinco millones de cabezas. Según el catastro del Marqués de la Ensenada, en 1752, había en Oncala 11.245 cabezas de raza merina.
A PIE, EN TREN O EN CAMIÓN, la trashumancia nunca ha sido fácil. Algunos rebaños recorrían más de 700 kilómetros hasta llegar a los pastos del sur. En 1934 se construyeron en Soria y Almazán muelles de carga de reses para su traslado en ferrocarriles a Badajoz, Ciudad Real o Córdoba. Sólo después de la Guerra Civil comenzó a generalizarse el transporte de animales en trenes.
EL VIAJE SE INICIABA desde Oncala a finales de septiembre o principios de octubre, antes que los rigores invernales imposibilitaran los caminos. Los primeros rebaños en salir eran los que bajaban a Andalucía; tenían más días de camino. Tardaban en llegar entre treinta y cuarenta jornadas.
LOS MUSULMANES, según Klein, trajeron unos carneros de más alzada y peso, cuya lana de fibra más larga que la de los autóctonos, daría la raza merina al cruzarlos con las ovejas indígenas. De los catorce tipos de lana registrados en España, la mejor y la más cara fue la merina. España tuvo en la Europa occidental la primacía de la lana hasta el siglo XIX. En el siglo XVIII, Soria exportaba el 13 por ciento del total nacional de lana limpia y el 50 por ciento de la sucia.
EL REBAÑO marchaba con la típica formación en cruz: adelante iba el mansero, el pastor que guiaba a los mansos; al final, azuzando las reses, el zaguero. Además el rebaño iba escoltado por un pastor en cada flanco y, por último, podía viajar un hombre más, un yuguero, encargado de conducir las caballerías. El perro, por lo general un mastín, era un trabajador cualificado. Su aprendizaje empezaba desde el día de su nacimiento. Le recompensaban cuando obedecía las instrucciones del pastor.
