Setas con permiso
Un centro pionero para Urbión
Un Cañón enriquecido
En diciembre de 2008, seis diputaciones de la región suscribían con la Consejería de Medio Ambiente de la Junta un convenio para potenciar el aprovechamiento económico y turístico de los hongos en la región, un recurso difícil de cuantificar, por su falta de control, pero que según datos de la propia consejería, puede aportar unos beneficios económicos en las zonas rurales cercanos a los 65 millones de euros cada año.
Con cinco millones de euros de presupuestos y cinco años por delante, el proyecto culminará con la regulación del sector y el asentamiento de las bases que permitan la instauración de una comercialización de tipo lonja.
Al frente del proyecto Myas RC se encuentra Arturo Esteban, profesional del área forestal del CESEFOR, quien insiste en que la concienciación de la población local, y de sus administraciones, es fundamental para que la iniciativa llegue a buen puerto y se cambie la actitud inicial de rechazo a la regulación por otra de colaboración. Es imprescindible, señala, controlar la presión recolectora. Los montes tienen también límites para su sostenibilidad.
El sector micológico es necesario regularlo en dos frentes: recolección -instalando el sistema de permisos- y compraventa -pequeñas lonjas en origen que sustituyan las actuales precarias instalaciones-.
Para ello, Esteban reitera que el mercado micológico necesita transparencia. No hay nada que ocultar, dice y para ello hay que profesionalizar la actividad de recolectores y vendedores. Y obtener de la administración una normativa sanitaria aplicable y una normativa fiscal operativa, para que todo el mundo pueda responder a sus obligaciones, que son ridículas pero a las que damos una importancia terrible.
La normativa fiscal debe ser rápida y fácil, para que a la hora de realizar la transacción se liquiden los impuestos. Estamos hablando de un porcentaje del valor del aprovechamiento micológico, resume.
Con ello, se conseguirá regular el aprovechamiento y garantizar su propia supervivencia. Hoy a las empresas les resulta más fácil importar las setas y los hongos. Vienen con factura y supervisión sanitaria. Pero con ello se abandona el producto autóctono que, paradójicamente, es de mayor calidad. Con su regulación y comercialización, tiene muchas bazas para ser un beneficio para todos.
SETAS, RENTAS Y TRIBUTOS
LAS SETAS PERTENECEN al propietario del monte pero su falta de medios para controlar este recurso abona el terreno a los recolectores que van a su aire, sin ningún control.
EL PROYECTO pretende repartir beneficios con todas las partes implicadas en el sector, desde los propietarios a los recolectores. Hoy, de la falta de control, se aprovechan unos pocos, que se mueven en la economía sumergida.
CUANDO FUNCIONE el proyecto pretende que haya cuando menos un centro de compra venta en cada pueblo, para que los recolectores vendan su mercancía. Con transparencia del mercado, se evitará la especulación.
LA TRIBUTACIÓN sólo debe preocupar a las personas que verdaderamente sacan una renta importante de los aprovechamientos micológicos, pero en cualquier caso, según Esteban, será un porcentaje menor al uno por ciento del beneficio. Es de justicia que quien gana dinero en una actividad comercial, pague sus impuestos.