TRIBUNA/ La vaca negra?
Ängel Coronado incide en este artículo de opinión en la vaca negra serrana, una raza ganadera propia de Soria que la Diputación trata de ayudar a recuperar.
Éxito de la iniciativa micológica itinerante 2021
El equipo @-Soria de la Guardia Civil, en plena actividad
TRIBUNA/ La vaca negra
Entre la vaca y la diputación, de un tiempo a esta parte, se ha venido a establecer una equívoca relación. El ser soriano de ambas no lo impide. La vaca es la negra nuestra, la de Soria, y la diputación igual. Todo empieza en la hecatombe de los primeros años del siglo XXI. Urge precisar que la voz “hecatombe” la utilizo en función de su sonoridad. Es como un buen mamporro en la puerta o un golpe de viento que se te lleva la gorra. Por eso urge decir que tal es la razón de traerla justo ahora y aquí. Pura comodidad. Delegar en una palabra lo que solo con más podría. Nada que ver con la hecatombe clásica griega. ¿De una sentada comerse treinta o cuarenta vacas por no decir trescientas o cuatrocientas según la tropa?. No, eso era una hecatombe troyana. Lo del siglo XXI es otra cosa, pero eso y lo de troya se vienen a cruzar ahora en esa sonora voz. Con solo decirla una vez parece que ya lo has dicho todo. Hecatombe. Hectómetro. Hectárea. Suena como a cien. Sin embargo hectoplasma no, que no sabes ni ortografía, borrico. Prueba sin “h” y lo verás. Pierde su aroma centenario. Ectoplasma es otra cosa diferente. Parece un insulto pretencioso y anticuado.
Alborotados (acabo de leer en este medio el artículo titulado “Convocadas ayudas para raza serrana negra”), alborotados, decía, me asaltan los recuerdos de aquélla hecatombe, la del siglo XXI, y a eso voy ahora. Como quien se peina, que no quiero que me cojan así, con estos pelos.
Sigo alborotado después de leer esa convocatoria. Y a eso voy pero no sin advertir que ni soy ganadero ni tengo vacas ni pertenezco a ninguna diputación y que por lo tanto puedo patinar como si, corriendo, pisase una deposición de vaca. Solo quiero manifestar lo que a mí me parece, visto desde fuera, que desde fuera es como se ve todo aquello que para verlo por dentro hace falta tener vacas o ser de la diputación, aún sin considerar todo ello referido a Soria sino en general, sin serlo, visto desde fuera, decía, esa equívoca relación entre la vaca serrana negra y la diputación, ambas referidas a nuestra querida provincia de Soria.
Leo el artículo y me precipito en el link que conduce al propio centro del asunto, el Boletín Oficial de Castilla y León, el BOCyL, y compruebo que, en efecto, entre Junta de Castilla y León, por una parte, y Diputación por la otra, no se aprecia diferencia ninguna. Son, en esto, como hermanas.
Bueno, pues al grano, como suele decirse. El grano está en asociar la imagen de ambas Señoras, tan severa como se muestra:
en el link, en el link, en el link que se lea usted,
en el link, en el link, en el link que se lea usted, (repetirlo varias veces)
El grano está en asociar la imagen de ambas para con los amantes de la vaca negra soriana, esto es, para con los ganaderos amantes de la vaca, para con los que pisan a diario sus deposiciones sin resbalar gracias a que ya resbalaron y resbalando aprendieron, vamos, para con usted mismo suponiendo que usted fuese ganadero de vacas, esto es, el grano está en asociar esa imagen a otra.
Y esto es que en estas se me viene a la memoria esa sentencia tan sabia que dice que no quieras para los demás lo que no quieres para ti. El grano es ese. Pero Señoras, ¿es que no os acordáis de la hecatombe? Yo me acuerdo muy bien. Recurrí por mi cuenta. Un amigo, un Director general de una Consejería de una Comunidad, la de Castilla y León, creyendo que. No importa quién. Todos somos responsables de aquélla hecatombe, porque nadie nos levantamos nada más que de la silla, nada más que de la mesa, nada más y nada más y nada más. Solo Isabel Goig protestó más alto y más fuerte que nadie…Pero en aquélla ocasión hubo la oportunidad de enviarle a la Diputación y a la Comunidad un link como el que ahora publican:
ellas, ellas, ellas y solo ellas,
ellas, ellas, ellas y solo ellas, (repetirlo) tan severas y con las gafas tan altas como las de un maniquí o espantapájaros que, vaya por Dios, ni espanta pájaros ni ganaderos sino que da risa o llanto según el humor de cada uno. Un link como Dios manda, menos severo en el decir pero más serio en lo de las perras (no soy ganadero, pero vaya miseria que ofrecéis, Señoras)
¿Un link?
Es un decir. A la Diputación y a la Comunidad, tan cogiditas de la mano, puede Ud. enviar lo que se le ocurra, eso sí, pensando en ese destinatario tan singular.
¿Singular?
Es un decir. Lo que no es un dicho sino un hecho es que ambas, tan cogiditas de la mano y subidas al burro, se rajan ante la zanahoria que le ponen delante, subiditas en él, al burro.
Y a todo esto, la zanahoria, es un decir, la pobre vaca serrana negra…
la pobre vaca serrana negra…
la pobre vaca serrana negra… (repetir esto también).
Señoras mías, la biodiversidad es algo que nos atañe a todos. Señoras mías, la pasta que manejan Uds., desde Taniñe a Sebastopol, es de todos, y Señoras mías, la pasta que manejan Uds. es de todos (repetir esto pocas veces, las necesarias para no ser pesados ni demagogos.)
Fdo: Ángel Coronado