La familia Musquiz gana el mejor torrezno en aficionados
El Mejor Torrezno del Mundo en la categoría de aficionados ha vuelto a mirar al Moncayo, concretamente a Ólvega.
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El concurso celebrado al mediodía de este domingo en los salones del restaurante Virrey Palafox, en El Burgo de Osma, ha tenido en la final de aficionados a diez personas.
El jurado de la categoría aficionados ha tenido que catar a ciegas diez torreznos de Soria.
El ganador ha sido José Antonio Musquiz, un ingeniero de origen riojano en una empresa de Ólvega, que se presentó al concurso en la fase disputada en Madrid, donde fue a visitar a sus dos hijos estudiantes.
El segundo clasificado ha sido su hijo, Jorge Musquiz, estudiante de Fisioterapia en Madrid, también con semifinal disputada en la Casa de Soria en Madrid, en la que ganó al progenitor.
Los participantes han llegado desde Madrid, Zaragoza, Guadalajara y varias comarcas de Soria (El Burgo de Osma, Almazán, Pinares, Tierras Altas, Moncayo).
Jorge García, un niño de seis años que representaba a San Pedro Manrique, se ha convertido esta edición en el participante más joven que ha pasado por este concurso.
El presidente de la Asociación de Fabricantes del Torrezno de Soria, Samuel Moreno, ha explicado que para conseguir un “buen” torrezno de Soria hay que seleccionar bien la materia prima, “que sea una panceta torrezno de Soria con marca de garantía” y que tenga un equilibrio entre grasa y magro.
Después es fundamental cocinarlo bien y, sobre todo, saber cocinar la corteza, ”que es la que más personalidad le da al torrezno”. Para ello, hay que tener la panceta bien curada y seca, porque si la corteza está blanda es muy difícil que salga bien.
“Después cada maestrillo tiene su librillo. Esencialmente hay que pochar despacito la corteza para que rompa el colágeno de la piel y al freírlo quede cruciente”, ha detallado.
En cuanto a si es preferible el aceite de oliva o de girasol, Moreno ha aclarado que el torrezno no es producto que absorba aceite, sino que expulsa grasa.
“Siempre será un aceite de oliva, porque es más saludable, aunque la utilizan muy poca gente en el concurso porque el aceite de oliva aporta su cambio y le cambia un poco la textura al torrezno”, ha advertido.
El torrezno de Soria se ha convertido en un auténtico embajador gastronómico de la provincia y sólo hay que recordar las estadísticas de ventas del producto, desde la constitución de la Asociación de Fabricantes en 2013.
Desde entonces, las ventas en España no han cesado su aumento y en 2021 se han vendido 1.750.000 torreznos, cuando se empezó con 30.000 certificados ocho años antes.
El gerente del restaurante Virrey Palafox, Armando García, es la persona de quien partió la idea de organizar un concurso que tuviera como base un producto gastronómico reconocido en la provincia.
García ha recordado que el concurso surgió en el año 2008 de la mano del programa cultural “Más que cochinos”, vinculado a las jornadas rito gastronómicas de la Matanza del Virrey Palafox, y que perseguía que los asistentes vieran estas jornadas como algo suyo.
“Hicimos un concurso primero de recetas, que no funcionó, y pensamos en algo que todo el mundo supiera, más o menos, hacer y todo el mundo pudiera opinar. Ahora suena como muy obvio pero entonces el torrezno no tiene la importancia actual”, ha señalado.
Tres años más tarde, la constitución de la marca de garantía del Torrezno del Soria supuso un salto de calidad en el concurso, “que se hizo mayor”.
García ha subrayado que han conseguido convertir, entre todos, en el torrezno de Soria como “un signo identitario” de la provincia, como “la paella en Valencia