Ágreda enseña los secretos del cardo rojo
Agreda ha enseñado a una treintena de personas los secretos del cultivo del cardo rojo en las huertas árabes de la Villa de las Tres Culturas.
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Las jornadas del cardo rojo de Ágreda tienen en la visita a las huertas árabes, donde se cultiva esta preciada hortaliza, uno de sus puntos más destacados del programa oficial, donde no han faltado, un año más, el concurso de tapas elaboradas con cardo rojo, rutas por Ágreda y conferencias.
La intención de las mismas es poner en valor este producto exclusivo de la huerta agredana, a la vez que dinamizar la economía de la zona.
Los que han acudido a la excursión a las huertas árabes han conocido de primera mano que el cardo es una planta herbácea perenne, aunque se cultiva como anual.
Además han interiorizado que puede alcanzar hasta los dos metros de altura, con un tallo muy grande, erguido, y densamente cubierto de hojas espinosas y lanceoladas. Y que sus pecíolos o pencas son gruesos y carnosos, y se prolongan a lo largo de la lámina en una nervadura central muy desarrollada.
El Cardo Rojo de Ágreda se siembra en fincas de regadío de muy buena calidad a finales de primavera.
Alrededor del puente de Todos los Santos, los agredeños proceden a su cubrición, cuando ya ha alcanzado su máximo desarrollo en altura.
El procedimiento es muy laborioso y costoso, y es exclusivo de Ágreda, ya que hay que levantar una pirámide de tierra de un metro o metro y medio de altura, de modo que el cardo queda protegido de las heladas del Moncayo.
Gracias a esta cubrición, la tierra le aporta el color y el sabor que hacen al Cardo Rojo de Ágreda único en su especie, ya que gracias a ello puede ser consumido en ensalada.
Los cardos empiezan a ser consumidos en noviembre, pero el punto álgido de su consumo son las Navidades, especialmente Nochebuena, momento en el que el Cardo Rojo de Ágreda supone uno de los manjares típicos e insustituibles.