Sinergias de factores ecológicos, hipótesis posible de mortandad de carpas en la Cuerda del Pozo
Según un estudio conjunto de la CHD y la Junta de Castilla y León
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La Confederación Hidrográfica de Duero y la Junta de Castilla y León han considerado en un informe conjunto que la única hipótesis posible de la muerte el pasado verano de 66.272 carpas en el embalse de la Cuerda del Pozo (Soria) es "la acumulación o sinergias de factores ecológicos".
"La única hipótesis plausible es la acumulación o sinergias de factores ecológicos que, si bien de manera aislada no podrían explicar una mortandad tan elevada, en determinadas circunstancias y por sus efectos aditivos, han podido tener una afección considerable sobre la dinámica de poblaciones de los peces contenidos en el vaso del embalse", se puede leer en el informe publicado por la CHD en su página web.
Los resultados de los estudios encargados a la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza no han aportado datos concluyentes que justifiquen un origen biológico de la mortandad de las carpas entre el 29 de agosto y el 15 de septiembre.
Además, el informe confirma que el problema no está relacionado con focos de contaminación o de presión locales "como podría ser un vertido o un ingreso de contaminantes".
Según el informe, varias causas ecológicas y ambientales pudieron concurrir en aumentar el estrés de las carpas, desde alcanzar las aguas del embalse en julio su temperatura máxima histórica -más de 25 grados- hasta los cambios bruscos de temperatura asociados a tormentas y el descenso de la productividad del embalse, que trajo consigo menos recursos tróficos para los peces.
El informe conjunto refleja que los análisis realizados han demostrado que las carpas tenían "vacío" el aparato digestivo "en su totalidad".
Éxito reproductivo
La CHD y la Junta concluyen en su informe conjunto que la hipótesis que podría barajarse es que hace dos, tres o cuatro años el éxito reproductivo de la especie generó una población de ejemplares adultos que en 2015 tuvieron que "competir por los recursos alimenticios".
La hipótesis sostenida por ambos apunta a que los propios mecanismos de lucha por la supervivencia habrían ocasionado "una reducción del número de individuos de la cohorte nacida hace dos, tres o cuatro años".
No obstante, Confederación y Junta reconocen que estos fenómenos de lucha por los recursos no explicarían una mortandad tan repentina de la cohorte al completo.
Un episodio similar se produjo en 2013 en el río St. Lawrence (Canadá), donde murieron 26.000 carpas adultas.