Hoces, cañones y vías ferratas por tierras del Burgo
Seguro que tiene ganas de que llegue el fin de semana para cumplir alguno de sus sueños de viajero curioso o inquieto. Puede aprovechar para conocer El Burgo de Osma y hoces, cañones y vías ferratas que no están muy lejos para disfrutar de una escapada.
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Fotografías: Archivo Diputación y Fernando García
Del Burgo de Osma seguro que le gusta y le emociona no solo su casco viejo lleno de monumentos de gran valor artístico y de indudable atractivo turístico sino también sus alrededores y paseos entre urbanos y rurales, sus hoces, la del Abión y la del río Ucero y sobre todo la ruta que partiendo desde el puente romano y bordeando el castillo nos lleva hasta el cerro Lomero, muy cerca también de una atalaya, de las tres de origen islámico que hay en la villa, desde donde se podía y se puede divisar la majestuosa fortaleza de Gormaz.
Pero ésta es ruta para otra ocasión. Hoy le aconsejamos desplazarse a ver la Hoz de Orillares y si hay tiempo acercarse hasta Espeja de San Marcelino donde hay una interesante vía ferrata y unos paisajes cársticos de gran belleza.
Hay que dirigirse sin más dilación hacia Ucero donde un poco antes de entrar en el pueblo se tomará desvío a la izquierda dirección a Nafría de Ucero para seguir hasta Santa María de las Hoyas.
Esta vez pasará de largo el Cañón del Río Lobos para ir en busca de parajes menos conocidos.
De Santa María a Muñecas y de aquí a Orillares, es una delicia de paisaje, terreno calizo cuajado de sabinas, alternando con campos de cereal, y si además es primavera o inicios del verano la paleta de verdes que podemos contemplar no nos dejará indiferentes.
Una vez en Orillares se entra en el pueblo y a la derecha se ve una plazoleta donde puede y debe dejar el vehículo de cuatro ruedas, o de dos, para hacer a pie el paseo de alrededor de un kilómetro y pico hasta la hoz que forma el río Pilde.
Enseguida y sin darsecuenta llegará al pequeño cañón formado por el río Pilde y también muy pronto verá los ojos o cárcavas que se forman en la roca caliza por donde entra y sale el curso del agua.
Sí, el cañón es corto y no muy encajado, pero por eso mismo los nidos de los buitres están más cerca de nosotros y a simple vista se podrá disfrutar del vuelo del señor de los aires, mucho mejor que en otros parajes donde los nidos están a mayor altura sobre el suelo.
Casi al final del recorrido a mano izquierda y un poco antes de viejo molino hay unas mesas de obra donde si ha traído algo que comer, podrá hacer una pausa y además de disfrutar del bocadillo, sentir, y esto si que es un lujo en estos tiempos de incertidumbre, la paz y el silencio.
A menos de 2 kilómetros de Orillares dirección a Espejón se encuentra la vía ferrata de Espeja de San Marcelino, que se prolonga por el desfiladero de La Torca a las afuera del citado pueblo.
El paisaje cárstico adquiere aquí su máxima expresión. Tenemos varias opciones para disfrutar de estos parajes, podemos, si tenemos cierto nivel y si no con guía titulado, disfrutar del recorrido del angosto desfiladero haciendo la vía ferrata llamada La Pasarela de Espeja, en el establecimiento rural del pueblo nos pueden dar más información sobre como contratar las visitas con guías. Para acceder al comienzo de la vía ferrata hay que dirigirse hacia la carretera que nos lleva a Guijosa pero justo enfrente de donde encontramos el desvío lo que hacemos es tomar a la derecha el camino de tierra y como estamos un poco cansados de tanto coche echamos pie a tierra y aprovechamos para estirar un poco las piernas. En unos cinco minutos nos plantamos ante el inicio de la vía ferrata.
Por la carretera dirección a Espejón y muy cerca del pueblo de Espeja se encuentra un aparcamiento donde dejamos el coche y nos bajamos para acceder al puente pasarela que en realidad es un excelente mirador sobre el desfiladero de La Torca, las vistas impresionan sobre todo mirando hacia abajo.
Y justo donde hemos dejado el coche es el punto de partida de varios ramales de senderos de pequeño recorrido, en concreto el PR-SO 6 que nos conducirán a parajes como la Peña Lartiruela, El Castillo y también al despoblado de San Asenjo.