Exposición "Real Fábrica de Tapices. 300 años"
La Real Fábrica de Tapices presentará en El Burgo de Osma su exposición "Real Fábrica de Tapices. 300 Años".
Presentada la exposición de la Real Fábrica de Tapices
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Dicha exposición estará ubicada desde mañana martes en el claustro de la Catedral de Burgo de Osma.
El acto de presentación contará mañana martes con la intervención del director general de la Real Fábrica de Tapices, Alejandro Klecker, el diputado de Cultura, Enrique Rubio, y el alcalde de Burgo de Osma, Antonio Pardo.
Tras el acto, por la tarde, el director general de la Real Fábrica de Tapices ofrecerá una visita guiada a la exposición, en la que explicará todas las piezas que la componen.
El contenido y la estructura de la exposición permite adentrarse en la historia de la manufactura desde su constitución en 1721, y, con ello, conocer su labor de protección y transmisión de las técnicas artesanales de tejido que componen su patrimonio inmaterial en alto riesgo de extinción.
También permite contemplar de cerca el proceso de fabricación de los tapices, así como la trayectoria de la Real Fábrica, que lleva 300 años salvaguardando estas reliquias y manteniendo vivo el arte del textil, a través de su trabajo de mantenimiento y conservación de este patrimonio.
La Real Fábrica de Tapices es la Real manufactura más antigua que queda en España.
Con 300 años de tradición, actualmente es líder en el campo de fabricación y restauración de tejidos de lujo. Cumple una función esencial en la conservación del patrimonio textil español, al combinar el arraigo en el proceso de fabricación y restauración tradicional, hecho a mano, con una producción sostenible de alta calidad.
Felipe V, en un intento de potenciar la economía nacional, dentro de la política de fomento de la industria que se desarrollará durante el siglo XVIII, y ante la incapacidad de satisfacer la demanda existente para decorar los Sitios Reales, se decidió por crear una fábrica de tapices en 1719, para lo cual contrató al tejedor flamenco Jacobo Vandergoten.
La Fábrica se estableció en un edificio próximo al Portillo de Santa Bárbara, conocido como Casa del Abreviador, en los arrabales de la villa, donde permanecerá hasta 1882.
En esa fecha Alfonso XII autorizó la demolición de la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara para proceder al acuartelamiento y ensanche de Madrid, y ordenó que se construyera un nuevo edificio en la zona del Olivar y Huerta del Convento de Atocha.
La evolución de la Real Fábrica se va a desarrollar en distintas etapas, que a su vez son reflejo de la propia historia de España, en la medida en que los avatares históricos influyen en la hacienda pública.
Un aspecto fundamental durante toda la trayectoria de la Fábrica es su vinculación con la Corona desde su fundación.
Así, en los primeros momentos se pone al frente de los asuntos económicos un Intendente Real, que será quien establezca las contratas.
Paralelamente, la dirección artística corre a cargo de los pintores de la Real Cámara, y su fin era surtir de modelos a los maestros tapiceros y vigilar que la ejecución del tapiz se ajustara a la composición pictórica.
Durante el siglo XIX y XX disminuyen progresivamente los encargos de la Casa Real, pero aumentan los de las nuevas clases acomodadas.
Paralelamente, aumenta la producción de alfombras en detrimento de los tapices y reposteros, que pasan de moda.
Con la República entra en crisis, ya que se deja a la Fábrica sin el apoyo de la Corona. No obstante se mantuvo pasando a llamarse Manufactura Nacional de Tapices y Alfombras, gracias al apoyo de Azaña e Indalecio Prieto.
Durante la Guerra Civil, la Fábrica fue incautada, pero una vez finalizada volvió de nuevo a la familia Stuyck que continuó con la actividad.
La creación de la Fundación del Generalísimo, después llamada Fundación de Gremios, supuso otro golpe para la Real Fábrica, ya que le privaba de una de sus funciones tradicionales, al servicio del Patrimonio Nacional.
En 1982 se le vuelve a conceder el título de Real Fábrica, y en 1996, a iniciativa de la Corona y del Ministerio de Cultura, la Manufactura se convierte en la Fundación Real Fábrica de Tapices, como una entidad destinada a garantizar la transmisión de los valores culturales de la Fábrica.