Adiós alcalde, que nos vaya bonito
Para Ricardo Minguez, parece imparable el traslado del alcalde de Soria a Valladolid. Y ya se sabe: otros vendrán que santo te harán. Sería de esperar, a su juicio, que antes de abandonar Soria dejara resueltos los más graves problemas urbanísticos de la ciudad, algunos heredados y otros creados durante su mandato, pero, en todo caso, responsabilidad suya como alcalde con mayoría absoluta. En este artículo pasa revista a los de mayor impacto en la población soriana y que reclaman una pronta solución.
Rollamienta, un abrazo a los que se fueron
Sanidad soriana, sanidad MUFACE
Adiós alcalde, que nos vaya bonito
Ahora resulta que tenemos en Soria un alcalde viajero, con presencia activa y lenguaje contenido (qué oportuno mi admirado Ángel Coronado) en los foros en que se aborda el futuro de las ciudades. Nueva York, El Cairo… ¿No podría publicar aquí, en su ciudad, el texto de sus intervenciones? ¿Habrá puesto como ejemplo, disfrazado de Groucho Marx, la política urbanística del Ayuntamiento que preside, o sea, dejar que sean los promotores privados quienes la hagan? ¿O, quizás, habrá defendido enérgica y cínicamente la intervención pública a favor de lo común, con férreo control de los insaciables promotores privados y activa protección del patrimonio cultural de las ciudades? Menos lobos, Caperucita.
Y, por otro lado, se hace pública su intención de presentarse como candidato en las primarias para elegir nuevo secretario general del PSOE en Castilla y León. Dicen los entendidos que con el aval de la Moncloa. Allá cada cual con sus decisiones, pero no parece que la cantera vaya sobrada. ¿Le habrá explicado al secretario general del PSOE su teoría sobre la estupidez de celebrar primarias?
Lo anterior pudiera significar que nuestro Alcalde prepara un traslado-huida de Soria para optar a más elevados puestos de servicio a la Patria, abandonando aquí los barcos a la deriva. Lo que no debería hacer es abandonar sus actuales responsabilidades sin resolver previamente los graves asuntos pendientes en el urbanismo de la ciudad. En mi opinión al menos los cuatro siguientes: Cerro de los Moros, Pajaritos II, travesías de carreteras nacionales y reformas del alcantarillado de la ciudad.
Sobre Pajarracos II tendrá que pronunciarse la Junta de Castilla y León acerca de la modificación del Plan General aprobada provisionalmente por el Ayuntamiento como vía para legalizar unas obras ilegales. Es impensable que la Junta pueda aprobar esa modificación, que supondría un desafío a la jurisprudencia sobre temas similares, pero el Ayuntamiento, todavía gobernado por Carlos Martínez, sí que podría retirar ese documento y ordenar la inmediata demolición de las obras ilegales cumpliendo lo ordenado por el Juzgado. Aplausos.
Sobre el alcantarillado y los vertidos de aguas, y no aguas, residuales al Duero cada vez que nos cae una tormenta ya se ha escrito más que suficiente. Es cuestión de redactar los oportunos proyectos, conseguir la necesaria financiación de las obras y contratar su ejecución en los plazos que se precisen. Carlos Martínez podría dejar iniciado ese proceso con los proyectos contratados y la financiación programada. Más aplausos.
¡El Cerro de los Moros! Por obra del tiempo, que no del Ayuntamiento, la propuesta de modificación del Plan General en el Cerro de los Moros está paralizada por haber caducado el 7 de agosto de 2024 la validez del Informe ambiental estratégico aprobado por la Junta de Castilla y León el 7 de agosto de 2020 (Artº 31.4 de la Ley de evaluación ambiental, que establece un plazo máximo de cuatro años para la aprobación de la propuesta). Para continuar la tramitación del proyecto es imprescindible disponer de un nuevo informe ambiental favorable. Es decir, en estas condiciones el Ayuntamiento puede aprobar sin ningún problema una resolución que acuerde el archivo del expediente, con lo que tendría las manos libres para aprobar a continuación una modificación puntual del Plan General que calificara todos los terrenos del sector (o su práctica totalidad) como suelo rústico con protección cultural y paisajística. Incluso podría hacer lo mismo con las laderas del Mirón. Asunto liquidado. El Alcalde sale a hombros por la puerta grande del Ayuntamiento y es así llevado hasta Valladolid.
En modo alguno, como insistentemente escribe Saturio Hernández, podría ejercer la Junta en la actual situación la acción sustitutoria prevista en la legislación urbanística. Ni puede progresar la aprobación provisional ni, por descontado, la definitiva. El expediente está en hibernación hasta que una de dos: o el promotor obtenga un nuevo Informe ambiental estratégico y reinicie la tramitación del expediente o el Ayuntamiento acuerde su archivo y la referida modificación del Plan General que impediría la vuelta a las andadas del promotor.
Y tampoco tendría sentido la contestación a las alegaciones presentadas en la información pública del expediente, ya que éste no tiene ninguna vigencia y podría no volver a tenerla. Lo que sí convendría es que el Ayuntamiento (servicios técnicos y jurídicos y responsables políticos) las estudiaran para aclarar sus ideas. Y puestos a aclarar, que aclararan también el destino del presupuesto adjudicado por el Ayuntamiento (18.000 euros) en junio pasado, cuando ya habían vencido todos los plazos para resolver sobre la aprobación provisional de la propuesta, a una empresa consultora (Sistemas Generales de Arquitectura y Urbanismo) para “desbrozar” esas alegaciones. Al igual que otro contrato anterior (junio de 2023) con similares fines y presupuesto adjudicado al habitual abogado zaragozano asesor del Ayuntamiento.
Poco puede añadirse a lo ya escrito sobre los proyectos de las obras en la avenida de Valladolid y la calle Eduardo Saavedra. En manos del Ayuntamiento está el promover las necesarias conversaciones con el Ministerio de Transportes para sentarse a revisar y modificar los proyectos en ejecución con el fin de adaptarlos verdaderamente a las necesidades urbanísticas de la ciudad. Que la pretendida humanización de ambas travesías no se quede en mera publicidad. Ahora que el ministro ha salido como su mentor para el cargo, podría aprovechar los vientos favorables.
De modo que, si antes de hacer las maletas resolviera los anteriores asuntos, lo que algunos malpensados pudieran ver como una huida se transformaría en un auténtico paseo triunfal ante las y los sorianos por el trampolín que llevaría a nuestro Alcalde al Olimpo de la política. Quién sabe qué copas de dulces o amargos vinos le tendrán reservadas las Moiras.
Fdo. Ricardo Mínguez