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TRIBUNA / Radiografía de una denuncia falsa 

Mario González incide en este artículo de opinión en el caso Rubiales y, a su juicio, la denuncia "falsa" que ha presentado la futbolista Jenni Hermoso ante la Fiscalía General del Estado.

TRIBUNA / Radiografía de una denuncia falsa 

Si hace poco tenía que rechazar, en este tribuna, la existencia de hombres frustrados y resentidos y de una ideología que les autoriza y les da alas en sus delirios de dominio y poder sobre las mujeres (‘A propósito de la violencia de género’, EMS 01.09.2023), hoy, la denuncia de Jenni Hermoso ante la Fiscalía General del Estado que posibilitará que dicha institución -no libremente, sino siguiendo el dictado del gobierno- presente una querella por agresión sexual contra Luis Rubiales por el “pico” en la boca tras la final del Mundial Femenino de Futbol que todos hemos podido ver, nos ofrece sin quererlo la radiografía de una denuncia falsa que es una de las lacras de la Justicia en España tanto por su volumen –particularmente en el ámbito de la violencia de género- como porque ni la Justicia la persigue de oficio ni a la víctima –normalmente un hombre, por la creciente desigualdad en derechos entre hombres y mujeres introducida por la PPSOE en aras, pásmense, de la igualdad- le suelen quedan fuerzas para perseguirla una vez superado el procedimiento principal.

Esta es una realidad que se niega sistemáticamente por el mainstream gubernamental. Se cancela. No interesa porque contraviene esa ideología que persigue señalar la culpabilidad del hombre por el mero hecho de ser hombre y esto es algo que ninguno de nosotros debería permitir.  

De nada ha servido la sensata llamada de atención del TAD cuando, recientemente, rechazó instruir la causa disciplinaria deportiva por la falta muy grave de abuso de autoridad, que traía causa de la supuesta agresión sexual, para abrirla, únicamente, por la falta grave de los actos indecorosos protagonizados por el Sr. Rubiales, tanto en el palco como fuera de él.

Sin embargo, a estas alturas el Gobierno –que lo controla todo- no quiere reconocer la realidad porque en la agresión sexual está el rédito político que le permitirá, a un tiempo, justificar la cagada de la ‘ley del solo sí es sí’ –esa que tuvo que ser derogada a los 6 meses de su entrada en vigor por su efecto suelta violadores- y despistar a la opinión pública tanto del desplome económico como de las tropelías políticas y jurídicas que piensan cometer con tal de retener el poder… incluso, si me apuran, de la total inexistencia de oposición.

Solo por esto continúa el linchamiento a Rubiales y solo por esto no le han colgado de un puente de la M30.

Mientras todos callan por miedo, afirmo que estamos ante una denuncia falsa de libro porque ni se realiza espontáneamente -se fabrica e interpone ante el regazo de la fiscalía del gobierno- ni cumple con ninguno de los requisitos exigidos por la jurisprudencia para que pueda prosperar el delito de agresión sexual (“cualquier acto que atente contra la libertad sexual de otra persona sin su consentimiento”, entendido éste como la manifestación libre de actos “que, en atención a las circunstancias del caso, expresen de manera clara la voluntad de la persona”, siguiendo el 178 CP): en este caso, a la luz del material videográfico existente, tenemos (i) que resulta muy dudoso que estemos ante un acto ‘no consentido’; (ii) que va a resultar imposible que del mismo se pueda predicar un ‘inequívoco carácter sexual’, y (iii) que ni siquiera se da la persistencia en la incriminación’, sin ambigüedades ni contradicciones, porque  la buena de Jenni pasó, sin solución de continuidad, de una respuesta exculpatoria a otra incriminatoria –para su conciencia queda- que no se compadece con la realidad que todos hemos contemplado y que deberá confrontarse con las numerosas pruebas que la defensa, sin duda, presentará.

El Código Penal también guarda una respuesta para proteger tanto el honor de las personas como a la propia Justicia de este tipo de canalladas y así el 456 CP tipifica el delito de acusación y de denuncia falsa sancionando a aquellos que “con conocimiento de su falsedad o temerario desprecio hacia la verdad, imputaren a alguna persona hechos que, de ser ciertos, constituirían infracción penal, si esta imputación se hiciera ante funcionario judicial o administrativo que tenga el deber de proceder a su averiguación” lo que, sin duda, incluye a la propia Fiscalía por lo que Jenni Hermoso podrá ser perseguida por este delito si el Sr. Rubiales sale exculpado del delito que ella le imputa.

No se trata de defender a un patán como Rubiales –que no hay por dónde cogerle- sino de defender los derechos fundamentales y las libertades públicas de todos, particularmente la presunción de inocencia y la propia Justicia Material, porque de lo contrario lo que ahora le están haciendo a Rubiales, mañana nos lo podrán hacer a nosotros, aunque no hayamos hecho nada.

El Gobierno se encargará, junto con la turba y los medios subvencionados, de presentar la acusación y ejecutar la pena que le pete sin otro límite que su ‘voluntad democrática’. Ya sabéis lo que dijo Mario Vaquerizo, pues eso. 

Fdo: Mario González Casado. Abogado. Mautiko Abogados

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