Decálogo para evitar empachos navideños
Las comilonas forman parte de la tradición navideña y los excesos pueden provocar molestias gástricas que, en la mayoría de los casos no irán más allá, pero en algunos casos, pueden derivar en complicaciones más graves. La revista Consumer ha ofrecido un decálogo para prevenir largas digestiones por Navidad.
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La revista Consumer ha recordado que los españoles engordamos entre tres y cinco kilos durante el periodo navideño, según el Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO).
Y es que todas las celebraciones de estas fechas pueden llegar a aportarnos entre un 30 por ciento y un 50 por ciento más de las calorías que necesita a diario nuestro organismo.
En algunas ocasiones, se llegan a alcanzar las 3.000 calorías en una sola ingesta, algo extremadamente excesivo si se piensa que el cuerpo necesita entre 1.600 y 2.500 kcal al día.
Esta sobreingesta tiene consecuencias para la salud. Prueba de ello es que las urgencias e ingresos hospitalarios suelen aumentar un 25 por ciento por estas fechas.
Los motivos, según la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), suelen ser crisis hipertensivas, diabetes descompensadas y diversas patologías digestivas relacionadas con los excesos alimentarios.
Los típicos empachos navideños, además de provocar molestias intestinales también pueden exacerbar problemas digestivos ya presentes en la persona, como el reflujo, el colon irritable, una gastritis o las intolerancias.
Consumer ha recordado 10 sencillos consejos a modo de prevención:
- Atención a las sensaciones de saciedad. En el estómago de una persona de complexión media caben dos litros de alimento, entre sólidos y líquidos, por lo que si nos pasamos de esta cantidad en una sola ingesta ya estaremos sobrecargando este órgano y tendremos más posibilidades de comenzar a sentir los síntomas del empacho. Lo fundamental es ser consciente de la saciedad, de cuando uno está lleno.
- No reservarse para la cena. No hay que evitar comer durante todo el día para pegarte el homenaje en la cena. En estas fechas, los especialistas recomiendan seguir haciendo, aunque de forma ligera, las tres comidas del día.
- Diseñar un menú saludable. Se puede programar el menú de las comidas y cenas navideñas con platos realizados con técnicas que aporten menos grasa que los rebozados o fritos. La plancha, los rehogados, los hervidos, al papillote o al horno son las mejores técnicas para estas fechas.
- Cuidado con los entrantes. Para comenzar, hay que intentar introducir opciones saludables y proteicas vegetales o marisco y evitar las grasas de los embutidos. Las carnes más grasas se pueden dejar para las comidas y recurrir al pescado para las cenas.
- Vigilar las raciones y las bebidas. Servirse raciones pequeñas y beber mucha agua durante la comida, ya que así disminuiremos las veces que recurrimos a bebidas alcohólicas (que no hidratan)
- Comer lento. La entrada de aire mientras comemos puede generar más gas y distensión abdominal, por lo que se recomienda comer despacio.
- Masticar bien. La saliva contiene amilasa, una enzima que comienza a descomponer la comida desde la boca. Si no masticamos despacio, el estómago tendrá que hacer más esfuerzo para suplir el trabajo de la amilasa, con lo que producirá más ácido y aumentará la acidez.
- Elegir un buen postre. Se pueden comer turrones y polvorones con moderación, pero lo mejor es sacar siempre fruta para el postre y así tener también la opción saludable. En estas fechas se recomienda la piña, que es antinflamatoria y puede ayudar en la digestión.
- Las infusiones sí ayudan. Tomarse un poleo menta o una manzanilla tras una exagerada ingesta alivia la pesadez y el malestar gastrointestinal.
- Un paseo mejor que una siesta. Tras una abundante comida, la siesta no es lo mas recomendable, salir a pasear es mejor opción dado que tumbarse favorece el reflujo y enlentece los movimientos gástricos”, explica Clavo.