18 de septiembre: Día Internacional de la Igualdad Salarial
El Día Internacional de la Igualdad Salarial, que se celebra el 18 de septiembre, representa los esfuerzos constantes en conseguir la igualdad salarial por un trabajo de igual valor.
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Esta lucha se basa en el compromiso de las Naciones Unidas con los Derechos Humanos y contra todas las formas de discriminación, incluida la discriminación contra las mujeres y las niñas.
En todas las regiones, a las mujeres se les paga menos que a los hombres.
Si hablamos de números a nivel global, se estima que ellas ganan un 20 por ciento menos que ellos.
Según los datos de salarios de la Encuesta de Población Activa (EPA), en 2022, en España la diferencia salarial mensual bruta entre hombres y mujeres fue del 15,7 por ciento, 5,25 puntos porcentuales por debajo de la brecha en 2018, lo que representa una reducción del 25 por ciento, pero para el Gobierno continúa siendo una cifra inaceptable, que refleja la desigualdad y las discriminaciones laborales que sufren las mujeres, pero es el menor valor de la serie histórica.
En ese periodo de tiempo la brecha salarial de las mujeres de entre 20 y 24 años también se ha reducido en 4,3 puntos porcentuales y la de mujeres de entre 25 a 29 años se ha estrechado en 2,2.
La igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas siguen estancados debido a la persistencia de desigualdades históricas y estructurales en las relaciones de poder entre mujeres y hombres.
A su vez, las situaciones de pobreza acrecientan las desigualdades y desventajas en el acceso a recursos y oportunidades para las mujeres.
El progreso para reducir esa brecha ha sido lento. Si bien se ha respaldado ampliamente la igualdad de remuneración para hombres y mujeres, su aplicación en la práctica ha sido difícil.
Para garantizar que nadie se quede atrás, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) abordan la necesidad de alcanzar la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas .
Además, los ODS promueven el trabajo decente y el crecimiento económico mediante la búsqueda de empleo pleno y productivo y trabajo decente para todas las mujeres y hombres, incluidos los jóvenes y las personas con discapacidad, así como la equidad salarial por un trabajo de igual valor.
La incorporación de una perspectiva de género es fundamental en la implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible .
Lograr la igualdad de remuneración es un hito importante para los derechos humanos y la igualdad de género y para ello se necesita el esfuerzo de toda la comunidad mundial y queda mucho trabajo por hacer.
Las Naciones Unidas, junto con las agencias de ONU Mujeres y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), invitan a los Estados Miembros y la sociedad civil, las organizaciones de mujeres y comunitarias y los grupos feministas, así como a las empresas y las organizaciones de trabajadores y empleadores, a promover una igual remuneración por un trabajo de igual valor y el empoderamiento económico de mujeres y niñas.
Desigualdades arraigadas
La brecha salarial de género tiene su origen en desigualdades profundamente arraigadas.
Las mujeres, sobre todo las migrantes, están sobrerrepresentadas en el sector informal, lo que las atrapa en entornos de trabajo mal retribuidos, inseguros y sin prestaciones sociales.
Las mujeres también realizan diariamente tres horas más de trabajo de cuidados que los hombres a escala mundial. Esto incluye tareas domésticas como cocinar, limpiar, recolectar leña y agua, así como cuidar de los niños pequeños y las personas mayores.
Además, la penalización de la maternidad agrava la desigualdad salarial, ya que las madres trabajadoras perciben salarios más bajos, una disparidad que se dispara a medida que aumenta el número de hijos.
Los estereotipos de género, las prácticas de contratación discriminatorias y las políticas de ascenso también contribuyen a las desigualdades salariales.
Las mujeres ganan 77 centavos mientras que los hombres ganan un dólar ante un trabajo de igual valor. Dicha brecha salarial es aún mayor para las mujeres con hijos.
Las mujeres tienen más probabilidades de estar desempleadas que los hombres en todo el mundo, con amplias disparidades a nivel regional.
Se estima que sólo el 28 por ciento de las mujeres empleadas en todo el mundo disfrutan de una baja de maternidad remunerada.
A nivel mundial, casi el 65 por ciento de las personas en edad de jubilación que no disponen de pensión son mujeres.
Las mujeres dedican al menos 2.5 veces más tiempo que los hombres al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado