La Junta tramita las primeras 560 solicitudes de la PAC
La Junta ya ha iniciado en su sistema 560 solicitudes PAC en los cinco primeros días, El sábado 1 de febrero, primer día del nuevo período, ya fueron dos los profesionales del campo que iniciaron la tramitación.
Mañueco pide recursos europeos para el reto demográfico
Participación ciudadana para nueva ordenación de servicios
La Junta espera recibir unas 65.000 solicitudes únicas que percibirán cerca de 1.000 millones de euros.
Tanto el personal de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, como el propio programa telemático ya está plenamente operativo desde el primer momento y a disposición de todos los usuarios que precisen de él.
El mecanismo está al servicio de todos los profesionales del campo y supone mayor simplificación administrativa y mayor rapidez en la gestión de los expedientes. Así, la Junta espera recibir en torno a 65.000 solicitudes únicas desde el 1 de febrero hasta el 30 de abril, plazo fijado para realizar las peticiones de ayudas de la Política Agrícola Común (PAC) 2020. Estos agricultores y ganaderos percibirán cerca de 1.000 millones de euros.
Después del último Consejo Consultivo sobre este tema, celebrado el pasado 22 de enero en el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, la Junta de Castilla y León considera ineludibles ciertos aspectos en la presente negociación:
Defender la financiación actual, de casi mil millones de euros, sin ceder ni un solo euro, dado que la PAC complementa las rentas de los profesionales agrarios.
Definir la idea del ‘agricultor genuino’, sabiendo que las ayudas deben dirigirse siempre a aquellos que generan una actividad agraria real.
Perseverar en que la ayuda básica regionalizada debe alcanzar hasta un 80% de los pagos directos.
Mantener las ayudas asociadas para sectores estratégicos como la ganadería, la remolacha y las proteicas, evitando zonas vulnerables desde un punto de vista social, económico o medio ambiental.
Eliminar barreras para que los jóvenes puedan incorporarse a la actividad agraria mediante un plan de reestructuración de explotaciones por edad de su titular.
Incrementar el Feader como instrumento de Desarrollo Rural tanto en su cuantía global como en el porcentaje que le corresponde a la Unión Europea.
Conseguir que los aspectos medio ambientales, que deben computar en la nueva PAC, pasen necesariamente por tener en cuenta tanto las ayudas directas, como las medidas específicas agroambientales, como la modernización de regadíos en cuanto a la reducción de consumo de agua que conllevan.
Persuadir, en relación al cambio climático, que el sector es parte de la solución y nunca el problema. La PAC debe jugar un papel fundamental en la traslación de esta realidad al conjunto de la ciudadanía.
La PAC forma parte del ‘Pacto Verde Europeo’ que se ha conocido recientemente. Ese ‘Pacto’ persigue la consecución de una Europa climatológicamente neutra en el año 2050, y la agricultura y la ganadería son esenciales en ese logro, por cuanto la propuesta de la nueva PAC prevé que el 40 % de su financiación debe contribuir a objetivos medioambientales.
El año 2021, dado el actual momento de negociación, se considera periodo transitorio en el que se aplicará la nueva financiación pero con arreglo a las normas de la actual PAC en vigor.
Apuesta por las nuevas tecnologías
En 2020, después de la experiencia y los resultados positivos obtenidos en el año anterior, la Junta va a seguir apostando por la utilización de las nuevas tecnologías.
Así, se ampliarán los controles mediante monitorización satélite prácticamente a toda la zona central de la Comunidad Autónoma.
Eso comprenderá un conjunto de aproximadamente 25.000 expedientes, multiplicando por cinco la cifra de 2019. Con ello se busca reducir la carga administrativa, en particular las visitas sobre el terreno.
Al mismo tiempo, toda la información obtenida de las imágenes vía satélite es utilizada con el uso de modelos matemáticos ‘Big Data’ permitiendo, de esta manera, por un lado agilizar los controles de la PAC y, por otro, obtener información de cultivos, humedades de suelos y las áreas foliares.
Todo ello con el objetivo de transferir al sector más conocimiento y más innovación, herramientas claves para el desarrollo de una agricultura más sostenible.
Precisamente ayer mismo el Tribunal de Cuentas Europeo emitía un informe donde Castilla y León reflejaba en varias ocasiones la importancia de que solamente así se avanza hacia una agricultura inteligente y se responden a los nuevos desafíos como el cambio climático y a la volatilidad de los mercados.