El Partido Popular ha recuperado en las elecciones del 10 de noviembre, seis meses después de los comicios de abril, la hegemonía política en Castilla y León.
El PP se ha impuesto, por apenas 6.000 votos, al PSOE en los comicios generales celebrados ayer, donde Vox ha tomado el relevo de Ciudadanos como tercera fuerza en la Comunidad, y ha relegado a los de Albert Rivera al quinto puesto.
Los populares salen victoriosos al volver a ganar en la Comunidad al obtener el 31,67 por ciento de los votos y 13 diputados, tres más que en los últimos comicios; seguidos de cerca por los socialistas, que también ganan votantes y se quedan en el 31,24 por ciento, manteniendo los doce representantes logrados el 28 de abril.
La jornada electoral ha estado marcada por el despegue de Vox en la Comunidad, que asciende hasta la tercera fuerza política, obteniendo seis diputados, cinco más, y el 16,67 por ciento de las papeletas depositadas en las urnas.
En el lado opuesto, Ciudadanos ha desaparecido del mapa, al perder sus ocho diputados, dejarse 180.000 votos y caer del 19 al 7,5 por ciento de los apoyos.
Por su parte, Podemos no ha logrado recuperar ninguno de los representantes perdidos el 28 de abril y se vuelve a quedar a cero, aunque supera a Cs y se sitúa como cuarto partido político.
El PP ha ganado en cinco provincias –Ávila, Palencia, Salamanca, Segovia y Zamora–, mientras que el PSOE retiene la mayoría en Burgos, León, Soria y Valladolid.
La clave de la remontada ha estado en la capacidad de los populares de lograr el segundo escaño en circunscripciones en las que hace siete meses lo hizo Ciudadanos –como Burgos, Palencia y Valladolid– y sortear a la vez la subida de Vox.
Las diferencias entre los dos partidos mayoritarios se estrechan y el bipartidismo se hace fuerte en la Comunidad, al pasar del 55,8 al 63 por ciento de los votos recibidos entre ambas formaciones, el porcentaje más alto desde la irrupción de Ciudadanos y Podemos en los comicios de 2015.