Bodas y divorcios suponen 1/3 de actos de Jurisdicción Voluntaria
Mañana se cumplen cinco años de la entrada en vigor de la Ley de Jurisdicción Voluntaria, una norma que amplió las competencias de los notarios, permitiendo desjudicializar muchos asuntos que en realidad no eran propiamente litigios. Desde entonces, las bodas y divorcios representan más de un tercio de los nuevos actos de jurisdicción voluntaria.
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En estos cinco años hasta abril de 2020, los notarios castellanoleoneses han realizado más de 5.990 nuevos actos de jurisdicción voluntaria.
Destacan los sucesorios, entre ellos, la declaración de herederos abintestato (sin testamento) de herederos colaterales y la realización del inventario antes de decidir si se acepta o se renuncia una herencia, con un 37%.
Les siguen los de familia, como la celebración de matrimonios, separaciones o divorcios, que suman un 35 por ciento del total.
El resto se distribuye entre actos muy diversos como la conciliación o la reclamación de deudas dinerarias no contradichas, entre otros.
Desde la entrada en vigor de esta ley en julio 2015, y hasta abril de 2020 (últimos datos consolidados), los notarios castellanoleoneses han realizado 5.991 nuevos actos de jurisdicción voluntaria, con un aumento del 104% durante el periodo julio 2019-abril 2020 con respecto al primer año completo.
Según ha afirmado en un comunicado José Ángel Tahoces, decano del Colegio Notarial de Castilla y León, “la Ley de Jurisdicción Voluntaria cumple ya cinco años, y con ella nosotros, los notarios, ayudando a solucionar necesidades y conflictos de manera rápida y con plena seguridad jurídica, lo que ha contribuido a descongestionar más los tribunales de justicia”.
Matrimonios, separaciones y divorcios ante notario
Una de las novedades que introdujo esta ley fue la posibilidad de casarse, separarse o divorciarse ante notario.
De hecho, la celebración de matrimonios (815) y de divorcios o separaciones (1.136) aglutinan un tercio de los actos de jurisdicción voluntaria realizados en este periodo (33%). Así, más de 1.950 parejas han acudido a un notario en Castilla y León para contraer matrimonio, separarse o divorciarse (siempre que los cónyuges estén de acuerdo y no haya hijos menores a su cargo ni personas con la capacidad modificada judicialmente).
La celebración de matrimonios ante notario se ha quintuplicado durante los casi cinco primeros años de vigor de la ley (de 38 a 219). Respecto a las separaciones o divorcios, la demanda de este acto se ha incrementado un 61% durante este periodo (de 138 a 222).
En el caso de los divorcios, además, el notario, al igual que hacía el juez, comprueba que el convenio regulador de la suspensión de la vida en común acordado por las partes se atiene a derecho y es equitativo para los dos miembros de la pareja, es decir, que no incluye aspectos que discriminen a uno de ellos, y lo incorpora y protocoliza dentro de la escritura pública de divorcio.