"Trastos", una exposición para recordar la sociedad que se nos fue con Alberto Manrique
Se puede visitar en el centro cultural Palacio de la Audiencia hasta mediados de febrero
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Miguel Ángel Rodríguez y Ernesto Martínez realizan un cumplido homenaje/recordatorio al médico y artista Alberto Manrique, en la exposición "Trastos", que se podrá ver en el centro cultural Palacio de la Audiencia hasta mediados de febrero.
Son 53 piezas, 30 realizadas por Rodríguez en el último año, que rinden tributo a Alberto Manrique, "una persona excepcional en todos los aspectos".
"Era amigo mio desde hace muchos años y creo que es la muerte que más me ha dolido en la vida; esta exposición es una deuda que tenía con él", ha reconocido.
En un año, Miguel Ángel y Ernesto han producido esta exposición en el que las piezas "salían como churros".
"Muchos cuadros los tenía en la cabeza desde hace años; nosotros tenemos un local que nos ha dejado el Ayuntamiento y es una de las razones por las que hemos podido producir tan rápido", ha resaltado.
El proyecto nació a finales de 2002 durante una sobremesa de Miguel Ángel con Alberto y Maribel, en Fuentepinilla. En principio, querían plasmar los cambios sociológicos a los que estaban asistiendo mediante montajes artísticos con objetos encontrados entre lo que la gente tira a la basura en las escombreras de la provincia.
En aquella época, Miguel Ángel y Alberto solían visitar las escombreras en busca de cerámicas tradicionales.
"Había una ruta de escombreras que la recorrí y me encontraba un cántaro de vez en cuando. E iban apareciendo otras cosas. Vivimos los cambios que había habido en la sociedad en base a lo que nos encontrábamos allí", ha recordado.
Se pusieron manos a la obra y comenzaron a acumular trastos varios con la intención de ordenarlos y hacer algo presentable algún día. Miguel Ángel llegó incluso a escribir alguno de los relatos que previsiblemente habrían de acompañar a la futura exposición.
"Cuando nací vivíamos (Nomparedes, en el campo de Gómara) en una sociedad autarquica, en la que no se tiraba nada y todo se aprovechaba. Nosotros somos una generación de que esto ha cambiado pero las siguientes no se dan cuenta", ha asegurado.
Todo se torció el 18 de enero de 2004. Una llamada teléfonica confirmó a Miguel Ángel que Alberto había muerto, a los 46 años.
Después de aquello, Miguel Ángel olvidó el proyecto pero los trastos seguían en la cochera. Cada vez que los veía Miguel Ángel "me gritaban y me metían prisa, me decían que querían resucitar y ser algo útil pero la idea de hacerlo sin Alberto me daba náuseas e inmediatamente les decía que se callarán".
Hace un año, en otra sobremesa, ahora con Ernesto y Montse, volvió a surgir el proyecto recordando a Alberto. Decidieron retomaron juntos y convertirlo en un homenaje, un recordatorio, a su común amigo.
