Pancorbo regresa a Cortabitarte con su imaginario soriano
Pancorbo regresa a Galería Cortabitarte y con él su imaginario. En su obra, figurativa, de tonalidades moduladas y suaves, confluye lo onírico y lo simbólico como un todo.
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Su iconografía está poderosamente impregnada por la mitología y la simbología del arte sacro, la tradición europea.
La inaguración de la exposición será el próximo 6 de septiembre, a las ocho de la tarde.
Hay, sin embargo, una inquietud contemporánea en la inclusión de símbolos universales, de imágenes como los laberintos, que operan como un símbolo múltiple, aludiendo a la vida como viaje, a la privación de la libertad como un angustioso fractal.
La pintura de Pancorbo recoge desde sus inicios un tema que ha marcado su trayectoria, y que se aparece en detalles de sus creaciones desde los años 80 hasta la presente exposición: Soria como visión estética, pero quizás aún más poderosamente como el paraíso perdido de la juventud de aquel que emigra pero sigue arraigado.
No nos resultan ajenas las siluetas del Pico Frentes, los contrafuertes que sostienen la planta hexagonal de San Saturio, siempre elevado -incluso sobre el aire- o la recreación de la orilla del Duero, que en su obra conecta con una topografía fantástica.
Es, en efecto, una imagen de Soria recreada, aquella de quien no ha podido olvidar y que, pese a ello huye de la mera representación.
Su Soria es un lugar simbólico, que acompaña al artista en su taller de Miami, donde ha ido gestando la presente exposición.
También es soriano el pino de sus bastidores, confiesa el pintor.
Nos muestra cómo, a pesar de los elementos iconográficos de nuestra provincia, el arte de Pancorbo aspira a la universalidad.