Miles de sanjuaneros participan en el Lavalenguas
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Miles de sanjuaneros, en buena medida jóvenes, se han desplazado hasta Valonsadero, para participar en el festejo del Lavalenguas. Unos han acudido simplemente a merendar y a presenciar el juego que dan los novillos y otros a "tentar" a los utreros en las capeas del corral grande o en la cañada, donde los revolcones están a la orden del día.
La mayoría de los asistente han peregrinado hasta Cañada Honda, por la carretera nacional 234, después de la comida, agolpándose en su llegada en el entorno del escenario de este prefestejo sanjuanero, que supone el primer contacto de los mozos con los toros y que cada año es más multitudinario.
Como está estipulado, los jurados han llegado a los corrales de Cañada Honda cuando el reloj estaba a punto de marcar las siete de la tarde, hora en el que han empezado a soltarse, uno a uno, los doce utreros de la ganadería de Laura Velasco, con encaste Jandilla. Los novillos han sido recibidos por recortadores, algunos de ellos llegados desde Valencia.
La salida de los novillos ha provocado algún que otro sobresalto pero ninguna cogida por asta de toro. A las siete y media ya estaban la mitad en la pradera. Y a las ocho menos diez, todos. A las ocho de la tarde, Cruz Roja no había tenido que atender a ningún sanjuanero por percance con los astados.
El Lavalenguas, el sábado anterior en una semana al día de la Compra, termina con una merienda oficial en el Merendero de Autoridades, a la que ha asistido la corporación municipal más los jurados y secretarios de cuadrilla con sus respectivas esposas.
El jurado de San Juan, Jesús Ángel Irigoyen, ha asegurado que el Lavalenguas está ganando cada año en presencia de sanjuaneros.
El jurado de La Mayor, Francisco Javier Arigita, ha señalado que tanto hace veintinco años -cuando ya fue alcalde de barrio- como ahora el Lavalenguas simboliza lo mismo: probar el novillo.
Arigita será el encargado de dar el pregón de los Sanjuanes 2015, tras el sorteo realizado ayer y al que optaron otras siete candidaturas.
HISTORIA
Históricamente, Lavalenguas y Compra del Toro era lo mismo, para determinar el día en que los integrantes que conformaban la comisión para la Compra del Toro de cada cuadrilla, tras ser avisados los vaqueros de las ganaderías bravas de Valonsadero -hasta 1928-, se encaminaban al monte o dehesa para comprobar in situ, acompañados de los cabañeros y del ganadero, los posibles toros a adquirir, de los que ajustarían el precio estipulado.
En 1928, según recoge el archivero municipal José Antonio Martín deMarco en su "Enciclopedia de las fiestas de las Calderas", la cuadrilla de San Esteban compró el último toro "cuadrillero" en Valonsadero a Pascual Borque y en 1929 el Ayuntamiento ya empezo a adquirir los doce toros ya que loas ganaderías de Valonsadero no podían surtir a las cuadrillas.