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Se da la circunstancia de que en este 2017 se cumple también el 150º aniversario de la primera vuelta al mundo de un barco acorazado, cuyo honor recayó allá por 1867 en la Fragata Numancia.

González deleitó a los asistentes con los pasos y las anécdotas acontecidos en esos años en los que la fragata llamada Numancia consiguió una gesta insospechada en aquellas fechas, en las que los barcos con cascos de hierro empezaban a iniciarse en los mares en detrimento de los navíos de madera.

La vuelta al mundo del acorazado Numancia comenzó en 1865 cuando fue designada a la flota del Pacífico para sofocar las rebeliones que estaban teniendo lugar en Chile y Perú.

Intervino en la Guerra con Chile de 1866 bombardeando Valparaíso y participando activamente en el bombardeo de El Callao, en Perú.

Finalizada esta campaña, Méndez Núñez, responsable de la embarcación en aquella época, no quiso que la Fragata Numancia atravesara el Cabo de Hornos en pleno invierno y optó por atravesar el Pacífico con paradas en Tahití y Manila, por recorrer el Índico, cruzar el Cabo de Buena Esperanza, atravesar de nuevo el Atlántico hasta llegar a Brasil y volver a Cádiz en 1867, dos años y siete meses después de haber zarpado del mismo puerto andaluz.