El TSCyL revoca sentencia de agresión sexual
El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha revocado la sentencia de la Audiencia Provincial de Soria que condenó a 12 años de prisión a un joven por agresión sexual a una menor, al apreciar contradicciones en la versión de la adolescente, cuestionada por psicólogos y forense.
La sentencia del TSJCyL, según ha informado su gabinete de comunicación, considera que la relación fue consentida y exonera al acusado porque la joven le mintió sobre su edad.
"El acusado fue informado de manera equívoca por la denunciante en un primer momento, quien le dijo que tenía diecisiete años. Y, sobre todo, no tuvo a su alcance la posibilidad de asegurarse en aquel momento de este dato por otra serie de factores", ha señalado el TSCJyL.
La Sala de lo Civil y Penal absuelve al acusado por considerar que el relato de la víctima presenta "contradicciones e indefiniciones" y, además, se ve cuestionado por testigos y peritos que declararon en el juicio.
El examen de todo el material probatorio existente arroja, según los magistrados, "no pocas dudas acerca de lo acaecido aquel 13 de diciembre de 2019 en la ciudad de Soria".
Aquella mañana, víctima y acusado estuvieron paseando y acordaron ir a casa de la tía de él donde mantuvieron relaciones sexuales voluntarias.
La menor, que entonces tenía 15 años, aseguró que en un momento dado quiso parar, y que el acusado, de 25 años, se negó y la forzó.
Es este último extremo el que, según el TSJCyL, no ha quedado acreditado.
Según la sentencia, "del informe médico forense se desprende la inexistencia de lesiones traumáticas, tanto en la superficie corporal como en los labios mayores y menores y el eritema y edema leve que le fue apreciado a nivel de la cara posterior del introito vulvar es -según atestiguó la médico forense- compatible con relaciones sexuales consentidas".
Los magistrados también basan su sentencia absolutoria en el testimonio de responsables y educadores del centro donde residía la menor, cuya tutela tenía la Junta de Castilla y León, quienes hablaron de "mentiras, manipulaciones, llamadas de atención o ansias de protagonismo" por parte de la adolescentee; de profesores del centro escolar al que acudía, así como de los psicólogos que la valoraron.
Según estos últimos, la niña es una persona "inestable, impulsiva y con un comportamiento autodestructivo", en tratamiento por un "trastorno psiquiátrico de adaptación" y con un historial familiar marcado por los malos tratos sufridos por sus padres contra quienes había tenido que declarar en sendos juicios tras lo cual se había autolesionado.