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TRIBUNA / Nucleares, Soria sí; engendros, no

Saturio Hernández de Marco denuncia en este artículo de opinión la proliferación de parques eólicos y fotovoltaicos que están inundando el paisaje de la provincia, cuando lo que necesita ésta para atraer población no es ni menos que tener mejores servicios.

TRIBUNA / Nucleares, Soria sí; engendros, no

El 15 de julio de 2023 el Mirón exponía de la organización por la Junta de Castilla y León de un congreso “sobre beneficios de la industria nuclear”.    

Desde Soria, 14.7.2023, se informaba de la organización del I Congreso internacional sobre la cadena de valor de la industria nuclear. Industria nuclear que admite y permite la energía constante y cierta en todos los momentos del tiempo y es, claramente, una fuente de cohesión. Dice el Consejero con todo rigor y acierto y por esa línea va a tener muchos más aciertos.

Esta es una clara iniciativa positiva y de progreso real, que es preciso y será preciso articular, porque es la única forma y el eslabón perdido para el progreso real y efectivo y el asentamiento de la población que es precisa para que no existe ese vaciamiento de la población y del territorio, que parece, salvo cambios, como inexorable.

Que se unan y aúnen iniciativas de este tipo y naturaleza, en la compartimentación de competencias, hoy existentes debe llevar, entiendo,  a una línea positiva y de progreso para la población olvidando elucubraciones de la nada, y que ni siquiera sirven para el mar de los sargazos, puesto que el aspecto del desarrollo dentro de una Comunidad como la de Castilla y León, no impide y sí favorece el control y la denominada Alta Inspección que puede desarrollar y debería desarrollar el Estado en la materia.

Blanca Casado en el Mirón, el 23-5-23, publica “Un Paisaje sacrificado por las renovables”, detalle del comentario al ver en un viaje los engendros que están apareciendo a marchas forzadas, para nada para la población, y sin razón y sin ley conforme a la realidad social, e insiste, y lleva razón en todo, y se pregunta,  

 “… si no nos interesaría más instalar centrales nucleares, como hacen en Francia, pues si hay un desastre allí nos va a llegar igualmente y al menos podríamos beneficiarnos  de tener energía abundante y barata sin sacrificar el paisaje y la naturaleza.

Me pregunto por qué no se instalan estos engendros en  los lugares de más consumo y que allí se los disfruten, se ahorrarían el transporte de la energía y el medio rural no tendría que soportar esta colonización de nuevo cuño, que es una injusticia y una agresión en toda regla.

Lo peor es que estamos lejos de tocar techo y que esta invasión voraz parece que no se detendrá hasta que se colme la ambición insaciable de las empresas eléctricas o de sus intermediarios, que parece que están haciendo negocios muy buenos y que no van a socializar más que las pérdidas, aunque disimulen un poco, repartiendo caramelos, instalando columpios y hasta piscinas en lugares imposibles. En realidad en mi opinión están cambiando nuestro oro por sus espejuelos”.

Esto es lo que entendemos muchos, como el que esto escribe, pues no parece de recibo páramos desiertos en los que, algunos establezcan o presten obras denominadas por ellos mismos así, y, luego, porque se han comprado una casita de verano o entretiempo no les gusta y atacan, [con clamores vacíos a la cultura que ellos y sólo ellos dicen que representan, lo que evidentemente es falso, es la superchería de mi “queridíiiisima Soria” en que se amparan o suelen ampararse en aras de su tranquilidad -y que no se la perturbe nadie, no sea que el zumito de naranja de la mañana se agrie- en la finquita que no compran, y menos pagan,  pero tratan de aprovechar regados de subvenciones], que haya y/o se establezcan actividades productivas, que son las que asientan poblaciones, y a eso respondió con especial brillantez Félix Villalba en Heraldo de Soria, el 4-3-2023, bajo el título “El embajador ante la OCDE y los cerdos en Soria”, diciendo entre otras cosas “…

En los pueblos se vive, sobre todo, de la agricultura y la ganadería pero también han aumentado las segundas residencias o incluso primeras, de gentes procedentes de la ciudad y muchos protestan por cosas que siempre han estado en el campo, desde la campana de una iglesia a un gallo cantarín pasando por una granja de cerdos”. Sus protestas no son de tal naturaleza que haga cambiar el camino al asentamiento de la población por el desierto que sea para gozo de los que están un ratito mirando las nubes.

La aplicación de la Ley, es claro, que debe evolucionar para mejorar, pero no para retrasar o atacar la presencia de lo de siempre y lo que, incluso, nuevo reafirme y refuerce el asentamiento.

Porque si no, se puede producir una lucha desigual entre los ganaderos y agricultores de los pueblos y quienes llegan de la ciudad, más capaces de iniciar campañas, de aprovechar la estela ecologista y reclutar adhesiones siempre falaces y que van contra los intereses generales y la población, sobre todo por el hecho de no atender a la población existente y, sólo, a idea preconcebidas sin sustento real en la sociedad, ni en su funcionamiento y, por supuesto, sin cobertura legal.

Dijimos para el Cerro de los Moros que el paisaje es un bien inmaterial que merece protección BIC, pero para eso lo que no puede ser es que unos advenedizos promuevan una cosa así, sin un mínimo de informes en serio, y por lo menos argumentada la petición; lo que no han hecho, porque si lo hubiera realizado, nada cuesta poner un link para justificar la situación y el hecho de no desperdiciar ocasiones de esta naturaleza.

Se dice por la interesada, artículo brillante e incisiva y muy matizada y certera exposición,“… Ahora la luz y el viento se columpian en los hilos de unas larguísimas líneas eléctricas que parecen seres  abisales de patas gigantescas, que completan estos entramados de pesadilla cabalgando desde los centros de transformación hacia todos los horizontes.  

Esto no es algo localizado, padecimiento de un mal viaje. El mal se propaga por toda la provincia y más allá. Yendo hacia Madrid, desde los altos de Radona a Medinaceli y hacia el Arbujuelo, el paisaje es similar. Desde el Arco Romano la panorámica son molinos y molinos, que siguen colonizando las sierras, ya se han hecho con las tierras Altas y ahora vienen a por las  bajas y con ellos, un paso detrás, las placas solares a alicatar de negro los campos dorados.

No me consuela pensar que no somos la única provincia desgraciada, aunque sí creo que de las más. 

Volviendo de Zaragoza, desde Alagón y Tauste, antes de llegar a Borja el paisaje parece sacado de un planeta chatarra reservado para cautivos en una serie de la guerra de las galaxias. A lo lejos una meseta elevada parece una montaña alfiletero donde ya no cabe un pincho más. El Moncayo, tan gigantesco, queda desde esta perspectiva a lo lejos humillado por el ejército de monstruos que se antepone y ya no es solo azul, es una mole de rayas verticales, que casi parece enjaulada, coronada por un enjambre de palas zumbadoras enervantes como insectos pataleando en la cumbre, que desde aquí ya no se ve majestuosa para nada. Es un alivio  entrar  en el parque natural, desde Borja hasta nuestra provincia, pues el paisaje aparece de nuevo libre. 

Hasta cuando, me pregunto. 

Me pregunto también si de verdad este es el futuro que queremos y nos conviene. En realidad es una pregunta estéril, porque a ningún político parece que le importe, por mucho que ahora en elecciones se les llene la boca con eso de la España vaciada y cosas así. Porque somos una provincia pobre y despoblada, así que han decidido que se nos puede explotar, y porque pone en la agenda 2030, que parece últimamente la  palabra de Dios, que hay que imponer las renovables, y para ello tratan de engañarnos  con toda clase de palabrerías sobre sus bondades”. 

Es decir estamos en una palabrería de conceptos que no permiten avanzar, ya que  no es creíble nada o casi nada, pues la paralización de lo que es progreso y asentamiento es algo acorde con lo que pide la población, pero no es acorde con lo que piensan los que ponen medios para que no les moleste nada, ni nadie cuando vienen-o van unos días a Soria para “oxigenarse”, lo que es falso, porque no les llega ni el zumo de naranja como a ellos les gusta fresco y de las huertas de Valencia, cada vez menos huerta, pues diría alguna entendida –lo que le ponen para que firme- eso está prohibido por “(E)Uropa” y así quiere cerrar la discusión o debate, ya que sólo se puede tener y consumir lo agrícola, ganadero y productos forestales de lo que no tiene controles de ningún tipo  y no digamos si se le habla de los minerales de tierras raras; pero es lo que hay; eso es el pensamiento, siempre escaso, de un titular político que no sabe siquiera para que la han elegido. Y eso sí, firma cualquier cosa en vez de trabajar, y eso se demuestra por lo que aportan para el debate en los Plenos de Entes Locales.

El 7.8.2023, Manuel Morales, en el País, hacía referencia a Bretún, y dice "…Mientras acaricia a una de sus dos perritas, Marín explica el origen de este conjunto, heredado de su amigo José Miguel López Díaz de Tuesta, conde de Atarés y marqués de Perijá, fallecido en 2010 sin dejar descendencia, miembro de una familia con alcurnia desde la Edad Media. Un linaje que explica que en una de las vitrinas haya una llave, con decoración con flor de lis, castillo y león, para acceder simbólicamente al Palacio Real sin tener que pedir audiencia a los Reyes, una merced “concedida a los grandes de España”, dice.

En el salón cuelga un óleo de César Manrique de 1985, Alegoría a los volcanes. “César tenía un carácter tremendo, como le pasa a veces a los genios”, relata de una amistad reflejada en las numerosas fotos en las que se ve al artista canario, por ejemplo, paseando con sus sobrinos por la playa. Marín también convive con una Adoración de los Magos, de Bartolomé de Cárdenas, pintor de ascendencia portuguesa que llegó a la corte madrileña a comienzos del XVII como protegido del Duque de Lerma, valido de Felipe III. Marín creó en 2016 la Fundación Vicente Marín-José Miguel López Díaz de Tuesta, que tiene como fin “que este patrimonio se mantenga y no acabe en almonedas”. “Mejor que esté aquí, en una gran ciudad no destacaría”.

Evidentemente mejor que esté ahí, porque ya han ejecutado infraestructuras, comedor, estancia para dormir, y eso asienta con lentitud, es cierto, pero asienta población.

Eso es positivo.

Los turistas que lleguen a Bretún interesados en la colección pueden alojarse en un hotel rural de la fundación. Uno de los empleados los acompaña en el recorrido, por suelos cubiertos de cientos de alfombras: “Aquí, cuadros de [Daniel González] Poblete [pintor nacido en Ciudad Real, en 1944], que hacía bodegones”; “un dibujo a tinta del romántico Leonardo Alenza, en torno a 1840″; “un néstor [por Néstor Martín, artista canario simbolista, fallecido en 1938]”.

En el que fuera el dormitorio del conde, hay un óleo de Ramón Bayeu, cuñado de Goya, Sagrada familia con santa Ana, y alrededor de la cama, que cuenta con el escudo de armas del conde en el cabezal, 12 pequeñas tallas en madera sobre peanas de los apóstoles, obra de Salzillo. Son delicadas piezas de 30 centímetros de alto. En una de las paredes, cuatro sorollas (tres están cedidos para exposiciones), certificados por el propio museo en Madrid del pintor valenciano. A Marín le cuesta destacar algo de su colección, aunque cita Cabalgata de Reyes en la Plaza Mayor de Madrid, de Eugenio Lucas Villaamil, pintor de la segunda mitad del XIX.

En el edificio principal, en cuya planta baja hay un pequeño comedor para los visitantes, está escaleras arriba el denominado salón del trono. Allí recibe un óleo que muestra el rostro entristecido de una mujer sobre fondo negro, Retrato de una joven viuda, de Abraham Solomon, artista inglés del XIX. El cuadro está flanqueado por dos obras atribuidas a Murillo en un catálogo de 1952, Niño Jesús dormido y San Juanito dormido con la borreguita. En otra pared, una pintura de Conrado Meseguer, fallecido en 2017: Cenicero y puro, un trampantojo en el que el puro parece salirse del cuadro. A unos metros, una colección de facsímiles: el Libro de los juegos de ajedrez, dados y tablas, de Alfonso X el Sabio; un Beato del Burgo de Osma o una Biblia de los Cruzados. Espectacular es el Cristo de marfil de Jean-Baptiste Bouchardon (1667-1745), de 228 centímetros de altura por 131 de ancho; está también Lucas Jordán, del XVII, con Paisaje de la Muñoza, en el que el napolitano pintó el paisaje donde hoy se encuentra el aeropuerto de Barajas.

Ya en la Tribuna de 15.7.22, con el título “Soria  nuclear deshabitada y ¿con poderío?”, señalaba El extraño caso de un pueblo de Soria en medio de la nada que no para de ganar habitantes: "Aquí nos faltan casas pues eso ocurre con el éxito de una fábrica de embutidos, La Hoguera, que frena la despoblación en San Pedro Manrique. Desde 2000 ha pasado de 487 a 655 habitantes en una de las zonas más deshabitadas de Europa, y la empresa quiere crear 30 puestos de empleo más, pero no hay viviendas vacías: "Igual tenemos que poner un microbús para venir desde Soria".

EL 30.11.2021, en el Mirón, comentaba en “España-Soria Vaciada y lo concreto”, “Coma usted todos los días una hoja de lechuga y adelgazará quince Kilos en dos meses, si llega; pues eso, que puede ser hasta una dieta, con lo que hay, no es aplicable a los comentarios sobre la España vaciada y Soria más, pues todo se llena de vaguedades, generalidades, grandes palabras de emprendedores denominados por ellos mismos, pero para el incremento del población y de la realidad concreta en la población, en los servicios, en el comercio, en la industria, en las infraestructuras, nada de nada”.

Con todo acierto A. Coronado, Tribuna del Mirón de 8.9.2023, “Judes, Arcos de Jalón, Soria”, referenciaba la falta de cobertura legal de Judes de 18 habitantes en  Arcos de Jalón que sin cobertura de teléfono y sin movilidad real se ha quedado aislada, como otros Pueblos del Alto Jalón que se quedan 10 días sin correo postal y de eso no ha puesto su ojo esos políticos de todo pelaje y ralea, que sólo piden infraestructuras de “mucho calado”, que no son tales, no se van a realizar, pero a ellos les permite salir un día en  el “papel” y hasta el siguiente, eso sí, sin hacer nada en el vacío y, tampoco, en lo material.

En esa misma línea y por el mismo A. Coronado el 29.8.2023, Tribuna del Mirón, con el título “Agua Dulce” pone de relieve la falta de agua en los Pueblos de la provincia, y sólo lo palía un tanto la Diputación, pero la mención a servicios esenciales agua, gas, teléfono es antes que eso de las infraestructuras,  porque si las personas no se pueden mover o no tienen medios sanitarios a donde acudir, o comercios en donde comprar, qué … .

Y eso pasa y lo pone de relieve A. Coronado en esas dos Tribunas y otras muchas por él escritas.

Es por ello que lo nuclear, los servicios, las actividades pueden y permiten el avance y el asentamiento, y eso es siempre positivo.

Fdo.: Saturio Hernández de Marco

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