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Hacendera explica sentencia sobre vaquería

La asociación Hacendera ha aclarado este domingo algunos términos de la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Navarra, sobre la posibilidad de ampliación de la vaquería que la empresa Hibridación Termosolar Navarra SL y Valle de Odieta tiene en Caparroso.

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"Al leer algunos de esos artículos, uno podría imaginar a los jueces en toga aplaudiendo a la benefactora empresa y a su modelo empresarial. Sin embargo, eso nada tiene que ver con la realidad; que el TSJN reconozca el derecho de la empresa Valle de Odieta a ampliar su granja de Caparroso no significa que lo apruebe, ni siquiera que esté de acuerdo con ese modelo. Un tribunal no se pronuncia acerca de si determinadas actuaciones son correctas o no. Lo que hace un tribunal es aplicar y hacer cumplir las leyes vigentes", ha puntualizado la citada asociacion en un comunicado.

En 2019, el Gobierno de Navarra emitió un Decreto Foral por el que limitaba el tamaño de las explotaciones ganaderas del sector bovino.

Amparándose en él denegó por dos veces la autorización ambiental para la ampliación de la vaquería de Caparroso de 3.450 a 7.200 vacas solicitada por La empresa.

El TSJN, en la sentencia emitida ante el recurso presentado por Valle de Odieta, señala que un Decreto foral es insuficiente para regular ese tipo de limitaciones y que es necesaria una norma con el rango de Ley.

Por consiguiente, mientras esa Ley de ámbito autonómico o nacional no exista, no habría impedimento legal para aprobar la ampliación de la macrovaquería.

Como respuesta, el Gobierno de Navarra ha manifestado su intención de adecuar el marco legal a los requerimientos de la sentencia y, para lograr su objetivo de impedir instalaciones de estas dimensiones en Navarra, pretende modificar la actual Ley de sanidad animal.

En otro orden de cosas, desde Hacendera les gustaría hacer una reflexión sobre las normas y su evolución.

"Es comúnmente aceptado que la sociedad avanza a menudo más rápido de lo que lo hacen las normas que la rigen y, en numerosas ocasiones, las normas se han demostrado obsoletas o insuficientes y de su aplicación se han derivado situaciones absurdas y hasta lesivas para las víctimas. Sobran los ejemplos de vacíos legales en los que se incurre cuando la ley no ha previsto por qué derroteros iba a discurrir la ciencia, la tecnología, la sociedad, la realidad, en una palabra. Por tanto, es necesaria una continua revisión y adecuación de las leyes en temas cambiantes o frente a los que la sensibilidad de la sociedad va cambiando", ha explicado.

Un claro ejemplo según Hacendera es cómo ha ido cambiando la percepción y el concepto de la violencia doméstica. Desde la “naturalidad” con que antes se contemplaba el hecho de que el hombre agrediera a su mujer, se ha pasado a la condena y al rechazo colectivos de tal conducta.

Pero los cambios en los Códigos Civil y Penal empezaron hace relativamente poco. Todavía en 1958 el Código Civil formulaba que, “el marido debe proteger a la mujer y ésta obedecer al marido”. La mujer podía ser impunemente discriminada, oprimida, apaleada y hasta violada en su propio hogar sin protección legal alguna hasta hace relativamente poco.

Otros ámbitos donde la legislación tiene un reto importante para adaptarse y responder a los rápidos cambios y a las exigencias de la realidad son los delitos informáticos, las leyes de bioética, el bienestar animal… Muchas veces, es el clamor popular el que exige cambios en las leyes para que estas se adapten a la evolución y al devenir de los hechos y de la historia.

"Pero, centrándonos en el tema que nos ocupa, por poner un solo ejemplo: sabemos que el cambio climático es, dejando a un lado la pandemia, el problema más grave al que se enfrenta la humanidad actualmente. El colectivo científico unánimemente advierte de las nefastas consecuencias a que se enfrenta la humanidad de no reducir drásticamente las emisiones de gases efecto invernadero (G.E.I.). Todos los países deben abordar prioritariamente ese objetivo", ha apuntado.

Está demostrado que la ganadería industrial y, mucho más, con los números de cabezas de ganado que se barajan para el proyecto de Noviercas (¡cinco veces mayor que el de Caparroso!) es una actividad que produce una brutal cantidad de G.E.I.

Las macrogranjas son una auténtica máquina de producir cambio climático.

"Aunque solo fuera por esa razón, aunque hay muchas otras igualmente graves (la relación con las zoonosis y las pandemias, por ejemplo) habría que cuestionarse de raíz este modelo de producción y ese cuestionamiento debería verse sustentado por la legislación. Esa es precisamente la principal labor del Ministerio de Transición ecológica, adaptar la legislación a las gravísimas circunstancias ambientales a las que se enfrenta la humanidad", ha señalado Hacendera.

Son necesarias, y con urgencia, en su opinión, leyes de aplicación en los ámbitos autonómico, estatal y europeo que limiten drásticamente la emisión de estos gases.

"Es llamativo el ejemplo francés donde la contestación contra la ganadería industrial es masiva, como lo es la sensibilidad y la conciencia en el cuidado del entorno. Por esa causa, este primero de enero ha debido cerrarse la mayor explotación de vacas lecheras conocida como la granja de las mil vacas que ni siquiera llegaba a ese número -contaba con 850 vacas-. En Francia no sólo la empresa Valle de Odieta no podría ampliar su explotación en Caparroso, sino que nunca habría podido construirla. Y de la de Noviercas… ni hablemos", ha sentenciado.

 

 

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