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Diputación homenajea al ingeniero Clemente Sáenz en Valtajeros

La Diputación de Soria junto a la Mancomunidad de Tierras Altas y el Ayuntamiento de Valtajeros realizarán el próximo domingo un homenaje en Valtajeros al ingeniero Clemente Sáenz.

Sáenz (Soria, 1897, Madrid, 1973) fue una figura destacada de la cultura soriana.

Geológo, fue ingeniero del servicio de obras de la Diputación Provincial, donde redactó el Plan de caminos vecinales de la provincia; cronista y primer tesorero del Club Deportivo Numancia, fundado en 1925, entre otros.

Cursó la segunda enseñanza en el Instituto de Soria, donde fue alumno de Antonio Machado.

En 1914 marchó a Madrid para preparar, en la Academia Misol, el ingreso en la Escuela de Caminos, Canales y Puertos.

Ingresó en 1915 y terminó la carrera en 1921; durante esos años estudió la Geología de su provincia natal, en la que fundó el Club Espeleológico San Saturio.

Tras pasar cerca de dos años movilizado a causa de la guerra de África, entre noviembre de 1922 y noviembre de 1924 trabajó en la serranía de Cuenca, en la que construyó el salto hidroeléctrico de Villalba.

 Colaboró después en varios proyectos en la provincia de Zaragoza, entre ellos el de implantación de la fábrica de cemento de Morata.

 Entre noviembre de 1925 y junio de 1926 dirigió el servicio de obras de la Diputación Provincial de Soria, redactando el Plan de caminos vecinales de la provincia.

Contribuyó a la implantación del fútbol en Soria y fue cronista y primer tesorero del Club Deportivo Numancia, fundado en 1925.

En julio de 1926, fue llamado por Manuel Lorenzo Pardo para hacerse cargo del servicio geológico de la recién creada Confederación Sindical Hidrográfica del Ebro y dirigir las obras del pantano de cabecera de la cuenca.

Poco después fue nombrado secretario de la Comisión de estudios geológicos para construcción de obras hidráulicas.

 Con esta comisión analizó más de cien presas previstas en el plan de canales y pantanos de 1902, dictaminando sobre su viabilidad y proponiendo alternativas.

 En 1927 se casó con Concha Ridruejo y estableció su residencia en Reinosa (Cantabria).

En octubre de 1930 fue nombrado profesor de Geografía Física y Geología de la Escuela de Caminos y durante dos años tuvo que viajar semanalmente entre la capital campurriana y Madrid.

En 1932 empezó a colaborar en el Plan Nacional de Obras Hidráulicas y ya en mayo de ese año pudo presentar unas bases, redactadas por Lorenzo Pardo, en el Congreso de Lisboa de la Asociación para el Progreso de las Ciencias.

Su principal aportación al Plan, aparte de los estudios geológicos, fue la idea del trasvase Tajo-Segura, para resolución del déficit hídrico de las cuencas levantinas.

La Guerra Civil le sorprendió en Noruega y desde allí pasó a la zona “nacional", quedando encargado de las obras públicas de la zona “liberada” de la provincia de Guadalajara.

Su obra más importante fue la reconstrucción de los puentes volados en sabotajes o dañados por la aviación republicana.

En agosto de 1938, para mejor realizar el trabajo en las cercanías del frente, se militarizó con el grado de capitán honorario de Ingenieros.

Mientras tanto, el gobierno republicano lo había expulsado del Cuerpo de Ingenieros de Caminos; su casa de Madrid fue asaltada y destrozada, su biblioteca incautada y sus colecciones de fósiles dispersas.

En 1939 se reincorporó a la enseñanza tanto en la Escuela de Caminos como en la de ayudantes de Obras Públicas, en las que, debido a las bajas de la guerra, tuvo que encargarse provisionalmente, además de la Geología, de las cátedras de Física y Topografía.

En 1940 fue nombrado consejero especializado del Consejo de Obras Públicas.

 También en ese año, al crearse el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, fue nombrado vocal del pleno.

En 1943 la Real Academia de Ciencias le otorgó un primer premio de su concurso anual por su trabajo “Avance bibliográfico acerca de la Estratigrafía Hispano-lusitana y de las posesiones españolas”.

Después de la guerra, como miembro de la Asesoría Geológica de Obras Públicas o a título personal, informó sobre la mayor parte de las presas, túneles, puentes y grandes obras, en las que su dictamen llegó a ser casi preceptivo.

Como profesor, organizó anualmente largos viajes de prácticas para que los estudiantes conocieran de cerca la problemática de la profesión en relación con el terreno.

Fue uno de los profesores más queridos por sus alumnos, que, a su jubilación, aparte de otros homenajes, costearon un retrato al óleo, pintado por Enrique García Carrilero, que se colocó en la zona de profesores de la Escuela.

Miembro fundador del Centro de Estudios Sorianos, ocupó la vicepresidencia entre 1953 y 1964 y, a partir de esa fecha, la presidencia.

En 1961 fue elegido académico de la Real Academia de Ciencias para cubrir la vacante de Gregorio Marañón.

Tomó posesión en enero de 1963 con un discurso acerca de “La estructura de los espacios racionales y sus consecuencias cristalomórficas”

Escribió más de ciento cuarenta artículos y monografías sobre asuntos de ingeniería civil, matemáticas, geología, geografía e historia.

En Soria fundó la Sociedad Montañera Urbión y realizó múltiples proyectos de abastecimiento de agua y saneamiento, así como el anteproyecto de la pasarela sobre el Duero en San Saturio, todo lo cual le valió en nombramiento de “Soriano de pro” y la Medalla de Oro provincial.

Asimismo, el Ayuntamiento de Soria lo nombró “Hijo Predilecto” y dio su nombre a una calle de la ciudad.

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