Duruelo de la Sierra festeja Santa Marina
Duruelo de la Sierra está en plena celebracion del programa festivo en honor a Santa Marina, que tendrá su especial protagonismo este próximo 18 de julio, con la procesión hasta la ermita y la posterior ronda popular por las calles de la localidad pinariega.
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Las fiestas han abierto programación este sábado, en los que se ha celebrado el concierto de "El Koala" y "Los Calis", organizado por los mozos, en la plaza de la Carta Puebla
El domingo por la tarde se ha disfrutado de la exhibición de corte de troncos y parillada popular; el lunes, pasacalles con la charanga "La que has Liao" y sesión de baile con la orquesta "Malibú Show" y el martes, se celebrará la fiesta de Santa Marina, con procesión hasta la ermita, misa cantada y el posterior recorrido por las calles de Duruelo de la Sierra de la ronda popular.
La misa en la ermita de Santa Marina comenzará a las 12:30 horas, y la ronda popular, será a partir de las 14:00 horas.
En la ronda popular, los mozos de Duruelo de la Sierra, hombres solteros mayores de 18 años así como aquellos que hace menos de un año que se han casado, recorrerán con sus cánticos las calles, escoltados por dos mayorales que con sus varas pondrán orden al recorrido, ayudados por los jóvenes de 17 años que van a entrar a mozos, denominados “motriles”, los cuales llevan un cinto.
Gracias a las guitarras, bandurrias y laudes de la rondalla, acompañados de los cánticos de sus miembros, las calles se volverán a llenar de música.
Un poco de historia
Los datos más antiguos encontrados de la fiesta de Santa Marina muestran que la tradición comienza en 1676 con la creación de los nuevos estatutos de una antigua cofradía, la de Santa Marina.
En 1770 empieza a ser fiesta local en el pueblo cuando una vecina de Duruelo cede una finca al Ayuntamiento (el prado de la Penilla) para pagar el vino de la cuba el día de la fiesta.
Los hermanos ordenaron juntarse el día de la fiesta y después de su procesión y de la misa con la imagen de la Santa se haría una comida que se traía de casa de los hermanos y que se comía alrededor de la ermita.
Para pertenecer a esta cofradía el Abad era el que daba el visto bueno y se tenía que ser una persona honesta, virtuosa, de buenas costumbres y ser admitida por el 50 por ciento de los cofrades.
Los oficiales de la cofradía (alcaldes y mayordomos) ofrecían un cuartal de pan y un cuartillo de vino como ofrenda en la misa y estaban encargados de traer el vino necesario para todos los hermanos en la fiesta, bajo penas si no hubiese vino para todos.
Todos los años, después de la comida y echada la bendición se nombraba oficiales para el próximo año con las sanciones a los hermanos que no quisieran aceptar el cargo mediante una justificación con el Abad.
Aunque se cree que viene de bastante antes, los conocimientos sobre las primeras apariciones de la rondalla con sus cánticos e instrumentos datan de principios de 1900.
Hoy en día, desde los más jóvenes a los más mayores recuerdan su celebración dándose de forma ininterrumpida incluso cuando este tipo de festejos no estaban permitidos durante el franquismo y en la convulsa Guerra Civil.
Además, se ha rescatado la indumentaria que antaño portaban los motriles (por aquel entonces alcaldes) para recuperar más aún su esencia.
Las cuartetas tienen como germen las jotas aragonesas. Sus letras están llenas de picardía y humor y versan sobre acontecimientos y personajes de la localidad.