Un soriano, entre las exhumaciones en el Valle de los Caídos
El próximo 23 de abril comenzarán los trabajos preliminares enfocados a la exhumación, en el interior del Valle de los Caídos, de los restos de cinco personas, una de ellas natural de Soria.
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Se buscan los restos de Manuel y Antonio Ramiro Lapeña Altabás, de Pedro Gil Calonge y de Juan González Moreno, estos dos últimos, pertenecientes al bando nacional.
DON MANUEL LAPEÑA ALTABÁS nació el día 3 de setiembre de 1892 en Villarroya de la Sierra (Zaragoza) de profesión inspector – veterinario municipal de Villarroya y otros pueblos aledaños, fue desaparecido según el libro de familia el día 14 de agosto de 1936, y según el acta de defunción, desaparecido en Calatayud el día 27 de julio de 1936.
DON ANTONIO-RAMIRO LAPEÑA ALTABÁS nació el día 11 de junio de 1897 en Villarroya de la Sierra (Zaragoza), de profesión herrero, fue desaparecido el día 20 de octubre de 1936.
DON PEDRO GIL CALONGE nació el 1 de junio de 1910 en Castejón del Campo (Soria), segundo hijo de Silverio y Cayetana. De profesión agricultor, fue reclutado en Soria por el bando nacional y destinado a Zaragoza, de estado civil casado, con un hijo de un año, y su mujer embarazada de dos meses. El 1 de junio de 1937, fallecido a causa de herida de bala, a los recién cumplidos 27 años de edad.
DON JUAN GONZÁLEZ MORENO, nacido en Arriate (Málaga), el 7 de diciembre de 1910, de profesión agricultor, fue reclutado a la edad de 28 años, por el denominado frente nacional, e inscrito como soltero, siendo su situación real la de casado, y padre de familia.
DON JUAN GONZÁLEZ MORENO fue herido en la cabeza, lo que provocó su muerte en un hospital de Jerez de la Frontera el día 1 de agosto de 1938, sin domicilio conocido. Posteriormente, el día 25 de abril de 1964, sus restos fueron trasladados al Valle de los Caídos, como se puede observar en la anotación de su registro de enterramiento, sin que hasta la fecha hayan sido devueltos los restos cadavéricos a su familia.
Para el abogado Eduardo Ranz se trata de un precedente histórico, cargado de dignidad y trabajo, que pone fin a un proceso judicial de más de seis años, y que se cerrará con el reencuentro entre las víctimas del Valle y sus seres queridos.
En democracia ha habido tres entradas anteriores en diversas capillas del Valle, en 1980, en 1990 y en 2010, pero esta es la primera vez que se realizará con la sociedad española en su conjunto, como testigo.