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Opinión

El ego neoliberal

Juana Largo reflexiona y critica en este artículo de opinión la política neoliberal, que impregna la sociedad de intereses personales, frente a un Estado que busca la igualdad de todos sus ciudadanos.

El ego neoliberal

No hay peor cosa que, sirviéndose alguien de los medios dispuestos para la subsistencia y la cultura de su sociedad, lo tome ello para pisar otros egos y situarse en una posición de supremacía de esa sociedad, solo por satisfacer un instinto, dejando de lado la colectividad con sus numerosos egos que igual no piden supremacía, sino satisfacer, meramente, sus necesidades.

Nos suelen poner como ejemplo a Nerón (aunque aún está en estudio) y nos citan la vida de Nerón consagrada al arte y que fue capaz de quemar Roma solo porque nadie apreciaba su música. Y lo que pasa es que, no dependiendo ello de nuestra educación en el medio social en el que vive, y, muy al contrario, incidiendo ese medio –familia, estudios, grupos de confianza, vida entera- en lo contrario a la exacerbación del ego, hablándonos de la necesaria consecuencia con la comunidad en cuanto a nuestra conducta, pues todos, ya lo sabemos, somos iguales.

Aquel o aquella que se sobrepasa con el ego, pierde el sentido común y, además, termina por parecer un mero payaso ante la igualdad congénita del resto del mundo, pues todos sentimos, todos pensamos, pero no se puede sobreponer uno o una a los demás, porque aparte de ser un error de conocimiento elemental, es una explotación que hace alguien de los demás, casi siempre por instintos de bienes materiales, e incluso intentando llegar a ser dios en una comunidad que no necesita ese dios y que la quiere, el sujeto en cuestión, dominar para que todos trabajen para ese ego personal y nada común y muy injusto y muy cruel…

Pues bien, estos términos, que se debieran dar en cualquier grupo de convivencia humano, como por ejemplo una escuela, o incluso, la familia (ahora que tanto se habla, en los planes educativos de los centros de enseñanza, de la familia) se están deformando de tal manera que estamos haciendo una sociedad de caprichosos y de chulitos que descuellan ante los demás, o, al menos, si no lo estamos haciendo, deberíamos preguntarnos por si acaso lleva el carro ese derrotero de estos principios.

Aunque lo peor es si tenemos el sistema político que hace predominar estos desvalores. Pues, desde la antigüedad, venimos siendo educados de manera muy similar, teniendo en cuenta la educación clásica, que, en esencia, lleva el propio carácter de igualdad que debiera tener la Polis o la política en sus andares.

Contra todo lo que pueda parecer, y teniendo en cuenta el término “idiota” para aquellos ejemplares de una sociedad que aspiraban y llevaban una vida privada, saltándose las normas de participación en su polis o en su sociedad, contra lo que pueda parecer, sin embargo, la política actual, la que propugna el neoliberalismo, incide en ese aspecto de la vida privada idiotizada como si las personas de un país o de dos, o del mundo entero, tuvieran que ser por la fuerza o por las ganas, mantenedoras de un régimen de vida en el que la vida privada, reservada, aparte y egoísta fuera el modelo de felicidad del que rehusarían los clásicos y que sería tomado en la actualidad como modelo de una determinada voluntad de mantener el mundo de los privilegios si no en algunas corporaciones financieras o comerciales o mercantiles, al menos en el estatus social de la vida corriente en el cual, como todos sabemos, nadie ha nacido para esclavo…, ni para amo…, que eso es cuestión de las normas sociales que tome una comunidad.

Pero precisamente la doctrina liberal, y la neoliberal, proclaman la vida del ego, la del egoísmo y basado en dudosas pruebas científicas. En algunos países eso de lo neoliberal, se toma muy en serio, creando pues una sociedad de idiotas que se quiere sobreponer a esa sociedad de los que les sirven, los considerados idiotas por los poderes de represión y de opinión de la propia casta de los poderosos financieramente…

No nos sirve la noción de que todos tenemos nuestros intereses personales, cuando nos damos cuenta de que todos dependemos de todos y el que transgreda esa ley básica lo que hace es cometer no solo un error de cognitividad sino un error social.  ¡Y que haya que recordar este aspecto de la vida a las personas que ahora manejan los móviles y los Ahora que todo se ha digitalizado y que nos dan las cosas la impresión de libertad personal en la que nadie se puede meter, es cuando nos damos cuenta de qué ideología es gran parte de la Tecnología que se usa.

Y es muy cierto eso de que, al usar nuestros nuevos aparatos, nos creamos libres e independientes, es una broma que se deshace ante cualquier problema humano, de mayor o menor magnitud, que plantee una comunidad. Pero todo esto ya se sabe, aunque algunos no acierten a formularlo. Y es una lacra degenerativa del neoliberalismo.

Y por eso lo que hay que preguntarse, para que no se den jerarquías sociales o castas sociales en un medio, en qué es lo que puede luchar precisamente, sin caer en la idiocia, esa desregulación de las normas comunitarias en la vida humana.

Está expuesto y repetido el asunto numerosas veces por muchos estudios y protestas en contra de ese asunto de la sociedad de los privilegiados.

Es el Estado democrático, aquel que los políticos de la derecha neoliberal difaman y atacan, porque es lo que más daño les hace, el tal Estado. Es por ejemplo en España el partido de Feijóo, mientras el partido socialista trabaja todavía desde el sentido común por esa igualdad que luego, paradójicamente, dicen querer los de derechas, cuando son totalmente contrarios a la igualdad y a las comunidades.

Otro punto que habría que señalar es la privacidad de empresa -¡capitalista!- que tienen algunos que se ponen el cartelito de comunistas o socialistas o así, cuando son meros grupos de amigos desde la infancia que dicen tener un ideario de izquierdas, no admitiendo ni dejando pasar el círculo de fuego que ellos tienen a gente que de veras es de esas ideas. Eso es feo de verdad. Lo que demuestra que la política de auténtica izquierda lo tiene difícil o lo va a tener en el futuro, cerrando el paso a todo aquel que no sea de su grupo de amigos de la infancia.

Fdo: Juana Largo

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