Una nueva comisaría, con diálogo y plazos razonables

DESPUÉS DE SEMANAS alimentando una polémica absurda, el diálogo entre el Ayuntamiento de Soria y la Subdelegación del Gobierno ha permitido conseguir un principio de acuerdo para construir una nueva comisaría en Soria -en principio, no conjunta-, una necesidad que los diferentes gobiernos han venido aplazando en las últimas décadas, pero que resulta cada día más urgente, ante el incremento previsible de la plantilla -con la apertura a medio plazo del nuevo centro penitenciario- y las precarias condiciones en que se viene desarrollando una labor imprescindible en cualquier sociedad como la seguridad pública.

El compromiso de construir una nueva comisaria conjunta en Soria se remonta a la segunda legislatura del presidente Rodríguez Zapatero en una política de colaboración entre los dos cuerpos de seguridad -Nacional y Local- iniciado en Dos Hermanas (Sevilla) cuatro años antes. El nuevo diseño viario de la ciudad impulsado por el Ayuntamiento, de la mano de la peatonalización del paseo del Espolón y la plaza Mariano Granados,  ha convertido la esquina de la actual Comisaria en un punto negro para el tráfico rodado en las dos direcciones. Por ello, olvidar las críticas y colaborar con las soluciones era algo obligado, un cambio de actitud del que todos los ciudadanos deben congratularse. Ahora toca trabajar, con menos ruido mediático, para conseguir la cesión de la parcela -un trámite de fácil resolución- y, sobre todo, el dinero para que la nueva Comisaría sea una realidad más pronto que tarde y se cierre definitivamente un expediente en el que han sobrado declaraciones y ha faltado diligencia.