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Opinión

Alcalde, ¡nos han robado un bulevar!

El ingeniero de caminos Ricardo Mínguez Izaguirre pone el foco en las obras de "humanización" de las travesías de Soria y observa algunas deficiencias tanto en su concepción, que no se ajusta al proyecto presentado en su día, como en su ejecución. El bulevar prometido en la avenida de Valladolid no se vislumbra por ningún sitio.

Alcalde, ¡nos han robado un bulevar!

El 3 de enero de 2023 el Ministerio de Transportes anunció en Soria la licitación de las obras de humanización de las travesías oeste y sur de Soria (para entendernos, la avenida de Valladolid y la calle Eduardo Saavedra). Previamente el Alcalde de Soria ya había anunciado el acuerdo con el Ministerio para que el Ayuntamiento pudiera hacerse cargo de esas calles una vez finalicen las obras. Obras que incluirían bulevares en las nuevas avenidas. ¡Qué maravilla!

 Ya lo de humanización es un término ciertamente raro, pero pase si es para un buen fin tal como se anunció. Su significado debe ser la transformación de unos tramos de  carretera en calles adaptadas a un uso pacífico por peatones, ciclistas y conductores de vehículos. Amplias aceras, pistas reservadas a ciclistas y otros pequeños artilugios de los que los dioses nos protejan, zonas más reducidas para vehículos y plantación de arbolado que alegre su imagen y oxigene nuestros paseos. Y qué mejor solución para eso que los bulevares que triunfalmente anunció el Alcalde.

Pues, en efecto, las obras se adjudicaron y avanzan al ritmo de las obras públicas en la provincia, que cualquiera diría que las ejecutan manualmente y con trabajadores mancos. Pero avanzan y ya se puede ver en qué consiste la humanización prometida (ya conocen el dicho), incluidos los esperados bulevares. Lo que sigue es producto de una visita a las obras de la av. de Valladolid.

LOS BULEVARES.

Real Academia Española, RAE: Calle ancha con un paseo central arbolado.

Diccionario de uso del español de María Moliner: Calle ancha con árboles y un paseo central.

Diccionario abreviado del español actual, de Manuel Seco: Calle ancha con un andén central.

Por lo visto los bulevares que insistentemente anunció el Alcalde sólo existían en su imaginación, dado que en el proyecto presentado por el Ministerio de Transportes se define un separador o pequeña mediana de 2,00 metros de ancho y en las obras en ejecución se está construyendo tal cual. ¿Es a esto a lo que llama bulevar el alcalde de Soria? ¿De dónde sacó el Sr. Alcalde tan estrafalaria información? ¿A quiénes quería engatusar con tamaño disparate? Entonces ¿nos han robado los bulevares o mintió el Alcalde al prometerlos, apuntándose a la moda de las fake news?

 Pero la cosa es más grave, porque, al fin y al cabo, un bulevar podría suplirse por unas amplias aceras arboladas y ese mismo separador bien surtido de frondosos árboles.

LAS ACERAS

En el proyecto del Ministerio se definen unas aceras de 4,45 metros de ancho con alineaciones de árboles junto a la calzada, con los necesarios alcorques al nivel del pavimento de la acera. ¿Qué se está construyendo? Nada parecido: el ancho de las aceras es, en efecto, de 4,45 metros, pero se están construyendo unas jardineras corridas a lo largo de la nueva calle de un metro de ancho con unos bordillos elevados 15 centímetros sobre el pavimento de las aceras y separados del borde de la calzada 40 centímetros, con lo que impedirán la apertura de las puertas de los vehículos que allí aparquen. Es impensable que en esas minúsculas jardineras puedan plantarse árboles que lleguen a dar sombra a los viandantes, y será imposible que los ocupantes de los automóviles (salvo el conductor) puedan descender por el obligado  lado de la acera, por la sencilla razón de que ¡no podrán abrir las puertas de sus vehículos! (Es normal una altura de puertas de escasos 20 centímetros y la altura total a batir será de 29 centímetros; y eso sin considerar la pendiente transversal del aparcamiento, de sentido contrario a la de la acera).

 Cabe señalar además que el relleno de esas jardineras se está haciendo con los productos de la excavación (una zahorra natural), nada parecido a la tierra vegetal apta para el crecimiento de los proyectados árboles.

LOS PASOS DE PEATONES.

Pero en qué cabeza cabe el mantener la avenida de Valladolid sin ningún paso de peatones entre la calle de la Rosa y la nueva rotonda de acceso al polígono de Las Casas (más de 250 metros) y desde esta rotonda al final de la avenida sin ningún paso de peatones debidamente regulado (más de 500 metros). Pues eso es lo que ya se ha construido. ¿No se trataba de “humanizar” la travesía? Igual que se colocan farolas, si se trata de transformar la carretera en una avenida urbana deben colocarse los necesarios y suficientes  pasos de peatones regulados por semáforos. Y eso vale para los nuevos y los antiguos.

LAS MEDIANAS

En el proyecto presentado figura en los separadores de las calzadas una alineación de frondosos árboles que es de esperar se planten sin excusa, además, si así figurase en el contrato de obras, de grupos o conjuntos de arbustos. Pero los árboles son incuestionables. Con el ancho de 2,00 metros no hay dificultad que lo desaconseje.

 EL ARBOLADO.

Para convencerse de lo imprescindibles que son las tres alineaciones de arbolado (aceras y mediana) sólo es preciso asomarse al tramo de obras más avanzadas, una vez pasada la estación de autobuses, y observar el desierto que sería la avenida de Valladolid sin esos árboles.

 Pero es que la evolución del clima impone la plantación de arbolado en las ciudades como defensa frente al aumento de las temperaturas. Por su antigüedad y por las exigencias del proyecto se han talado los antiguos álamos que había en las aceras; ¡plántense los nuevos árboles que figuran en los proyectos!

INSPECCIÓN DE LAS OBRAS. CALIDAD DE LA EJECUCIÓN.

Es bastante deficiente la calidad de la ejecución del solado de las aceras, al menos la del lado derecho de la avenida de Valladolid, con inaceptables cejas entre baldosas y sin rejuntado de bordillos en las jardineras (que deberían desaparecer) y aparentemente entre las baldosas del mismo solado.

 Al margen de la dirección e inspección de las obras por parte del Ministerio de Transportes, es de suponer que el Ayuntamiento haya aportado un mínimo equipo de profesionales que controle la correcta calidad de materiales y ejecución de unas obras que una vez finalizadas y recibidas por el Estado le serán transferidas para su conservación y mantenimiento posteriores. Y es de suponer –o quizás sea mucho suponer- que a nuestro Ayuntamiento le preocupe este aspecto de las obras, además de exigir al Ministerio de Transportes los siguientes mínimos funcionales: construcción de suficientes pasos de peatones regulados por semáforos en todo el trazado de las nuevas calles, supresión de las jardineras longitudinales en las aceras y plantación de árboles en todas las aceras y  medianas de las futuras calles.

 Es un indudable éxito municipal el logro de la transformación de las travesías en auténticas calles urbanas. Al margen del ridículo anuncio a bombo y platillo de unos bulevares de imposible realización, es inaudita la desatención por parte del Ayuntamiento tanto de la concepción funcional de los proyectos como de una mínima inspección de la ejecución de las obras que deberá recibir una vez finalicen.

Fdo: Ricardo Mínguez Izaguirre, Dr. Ingeniero de Caminos. 

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