Un mirador privilegiado A la espalda de la ermita de Nuestra Señora del Mirón, erigida sobre uno de los cerros que dominan Soria, se encuentra el mirador de los Cuatro Vientos, un lugar privilegiado para admirar el paso del Duero.
La noche transforma los colores de Soria y sus monumentos. Y nos descubre que hay muchas formas de acercarse a una misma realidad. Con la luz solar en retirada, el mirador de los Cuatro Vientos rebosa tranquilidad y armonía, dominado por la escultura que representa la silueta de Antonio Machado y Leonor. “¡Soria fría! La campana/ de la Audiencia da la una,/ Soria, ciudad castellana/ ¡tan bella! bajo la luna”, dejo escrito el poeta, que también inmortalizó sus paseos junto al Duero, en el camino que va de San Polo a San Saturio, la ermita del patrón anacoreta que resalta de noche colgada sobre una peña abierta por una amplía cueva. Y el propio El Collado, que de día protagoniza la vida de la ciudad y de noche se muestra como una calle que invita a la reflexión. A poca distancia está la iglesia de Santo Domingo, cuya fachada, espectacular, es una auténtica Biblia en piedra, de una riqueza estética indiscutible y que, bajo la luna, adquiere otra tonalidad en su dominante color cárdeno.
Una portada de iglesia Para el crítico de arte Juan Antonio Gaya Nuño, Santo Domingo no es una iglesia, “sino una portada de iglesia, quizá la más armónica de todo el siglo XIl”.
