La recuperación de la economía española se retrasa. El Gobierno ha trasladado a 2022 parte del efecto de las inversiones del Plan de Recuperación sobre el crecimiento.
La previsión del Gobierno, de acuerdo con la información disponible en este momento, es que la economía española crezca un 6,5 por ciento en 2021, mientras que en 2022 el crecimiento llegará al 7 por ciento.
El impacto de la tercera ola de la pandemia de la COVID-19, tanto en España como de manera más intensa en los principales países de nuestro entorno, y de la borrasca Filomena, ha ralentizado el crecimiento en el arranque de este año, retrasando un trimestre la recuperación económica.
De este modo, el Producto Interior Bruto (PIB) alcanzaría en torno a finales de 2022 el nivel que registró en el cuarto trimestre de 2019, el anterior al estallido de la pandemia.
En 2023, el crecimiento previsto se situaría en el 3,5 por ciento y ya en 2024 la previsión supera ligeramente el 2 por ciento, acercándose al crecimiento potencial de la economía, que se eleva en el medio-largo plazo respecto a la situación actual gracias al efecto de las inversiones y reformas del Plan de Recuperación.
Como el Gobierno viene señalando en los últimos meses, la evolución de la economía estará marcada por cuatro factores: el proceso de vacunación; la evolución del sector exterior; el apoyo al tejido productivo para evitar un impacto estructural de la pandemia en la economía y el empleo; y el despliegue del Plan de Recuperación.
En primer lugar, las perspectivas del proceso de vacunación dibujan un escenario positivo, con una previsión prudente que permitiría que el 70 por ciento de la población mayor de 16 años esté vacunada a finales de verano.
En segundo lugar, la evolución del sector exterior ha tenido un impacto menos favorable en el arranque del año por el impacto de la pandemia en los grandes países europeos, que hace prever un crecimiento en la Eurozona este año menor al estimado en octubre.
En sentido contrario, las expectativas de crecimiento mundial están mejorando debido al impulso de los planes de estímulo, a los avances en la vacunación en distintos países y al mejor comportamiento de los mercados de exportación.
En tercer término, las medidas de apoyo al tejido productivo y al empleo ya puestas en marcha hacen que se reduzca el riesgo de un impacto estructural en la economía y de que los problemas de solvencia de algunas empresas se trasladen al sector financiero.
Y, en cuarto lugar, el Plan de Recuperación permite acometer inversiones adicionales para transformar la economía española, factor diferencial clave respecto a crisis anteriores, en las que la inversión pública se veía lastrada por el menor espacio fiscal disponible.
Las inversiones ya previstas en los Presupuestos Generales del Estado para 2021, tanto las ordinarias como las vinculadas al Plan, junto al Real Decreto-Ley 36/2020 que permite agilizar la ejecución de la inversión pública manteniendo el rigor y el control del uso de los fondos, así como las reformas previstas en el Plan de Recuperación, que será aprobado en el curso del mes de abril, permitirán lograr un impacto transformador en la economía española a medio y largo plazo, según el Gobierno.