El Clínico de Valladolid, a la vanguardia
El Hospital Clínico Universitario de Valladolid se ha convertido en el primer centro público del país en disponer de la versión más completa, es decir, aquélla que permite la implantación tanto de prótesis de cadera como de rodilla, y el cuarto en España en incorporar esta tecnología.
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Este sistema permite una gestión más eficiente de estos procesos, con mejoras tanto en la calidad de los resultados clínicos como en el ahorro de costes de trasfusión, tiempo de estancia hospitalaria, revisiones post cirugía, infecciones post quirúrgicas y necesidad de sesiones de rehabilitación.
La plataforma, denominada MAKO Smart Robotics, basa la cirugía en una planificación tridimensional creada a partir de un TAC, lo que hace posible incrementar la precisión en quirófano. Hace además uso de la tecnología háptica, que incorpora vibraciones, pulsaciones y otros impulsos para el manejo del brazo robótico, y permite interpretar los resultados a través del análisis inteligente de datos.
La compra del equipo fue aprobada el mes pasado por el Consejo de Gobierno de la Junta de Castilla y León y ha supuesto una inversión de 1.094.130 euros.
Las artroplastias de cadera y rodilla son consideradas procesos quirúrgicos complejos, que tienen un importante impacto en los presupuestos hospitalarios debido al alto volumen de intervenciones que se realizan cada año, cada vez mayor debido al envejecimiento poblacional y al aumento en la esperanza de vida. Su uso supondrá una mejora asistencial para el paciente y un avance tecnológico para la Comunidad autónoma en el campo de la ortopedia.
MAKO Smart Robotics combina tres componentes principales —planificación basada en TAC tridimensionales, la tecnología háptica AccuStop y el análisis exhaustivo de datos— en una plataforma que ha logrado mejores resultados para sus pacientes de reemplazo de rodilla total, cadera total y rodilla parcial.
La tecnología háptica guía al cirujano para que corte con precisión exclusivamente lo que se ha planificado para ese enfermo concreto. Para algunos pacientes, esto supone la preservación de tejido blando; para otros, se traduce en la conservación de hueso sano.
Es precisamente en el postoperatorio inmediato donde este robot ha demostrado algunas de sus principales ventajas, ya que la precisión del brazo robótico permite hacer cirugías menos traumáticas que suponen una mejor recuperación posterior en términos de menor sangrado, menor dolor, disminución de la necesidad de consumo de analgésicos, disminución de los días de ingreso en el hospital después de la cirugía y menor necesidad de sesiones posteriores de rehabilitación.
Pero tan importante como esa mejora en el postoperatorio del paciente es la expectativa de que el uso de MAKO, unido a la mejora en la calidad de los implantes, suponga un aumento sustancial en la supervivencia y en la duración de las prótesis.