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Seis mil personas sufren cada año un ictus en Castilla y León

Con la adecuada corrección y tratamiento de los factores de riesgo se podría reducir un 90 por ciento

Seis mil personas sufren cada año un ictus en Castilla y León, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), que el próximo sábado conmemora el Día Mundial del Ictus, la segunda causa de muerte y la primera de discapacidad permanente en los adultos de los países occidentales.

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En España también es la segunda causa de mortalidad, la primera en mujeres, y representa el mayor motivo de incapacidad. 

 “A pesar de que las posibilidades de padecer un ictus aumentan considerablemente a partir de los 60-65 años y que con el envejecimiento va incrementándose de forma progresiva la posibilidad de padecerlo, cualquier persona puede padecer un ictus, jóvenes o personas mayores, aunque hasta este momento se haya disfrutado de una vida plena”, ha resaltado en un comunicado el Dr. Jaime Gàllego  Culleré, coordinador del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología.

“De hecho, según el último estudio que se ha realizado globalmente, más de 83.000 menores de 20 años sufren un ictus. Y aunque de momento sólo supone el 0,5 por cieneto de todos los ictus registrados, en los últimos 20 años ha aumentado un 25 por ciento por ciento el número de casos de ictus entre las personas de 20 a 64 años”, ha apuntado.

El ictus es un problema sociosanitario de primera magnitud, y de una gran importancia en Salud Pública, pues acontece sobre todo en las edades avanzadas de la vida, y por tanto afectará más a los países más envejecidos, siendo España, según estimaciones de la OMS, uno de esos países más envejecidos del mundo, en unos 35 años.

La mayoría de los pacientes sufre secuelas, que en el 40 por ciento de los casos inhabilitan para realizar las actividades cotidianas.

Discapacidad

Según datos de la última Encuesta de Discapacidad, Autonomía Personal y Situaciones de Dependencia, unas 330.000 personas tienen discapacidad por ictus en nuestro país.  

En España, con los datos del estudio IBERICTUS, se demostró una incidencia de 187 casos por 100.000 habitantes/año (incluyendo episodios que inician como ictus y se recuperan totalmente en menos de 24 horas y denominamos AIT).

A esta cifra hay que sumar la de los pacientes que sufren un nuevo ictus o recurrencia.

En torno al 5 por ciento de los mayores de 65 años de nuestro país han tenido un ictus.

Gracias a los estudios epidemiológicos se han podido identificar un gran número de factores de riesgo: hipertensión arterial, diabetes, enfermedades cardiacas, especialmente una arritmia que conocemos como fibrilación auricular, dislipemia (elevación del colesterol), apnea del sueño, obesidad y hábitos de vida nocivos (tabaquismo, abuso de alcohol, sedentarismo y el estrés).

Con la adecuada corrección y tratamiento de los factores de riesgo se podría reducir más del 90 por ciento de los ictus.

El ictus, por lo tanto, debe ser considerado una urgencia neurológica de primer orden.

Una de las claves para el éxito en la atención del ictus es la rapidez con la que se detectan sus síntomas iniciales y se contacta con el sistema de emergencias.

Es por ello que en la cadena asistencial destinada a esta patología es fundamental la interconexión y coordinación precisa entre los servicios de urgencia extra e intrahospitalarios con el “Código Ictus”, diseñado con el fin de una rápida identificación, notificación y traslado de los pacientes a los servicios de urgencias.La atención neurológica especializada de urgencia en la Unidad de Ictus es el recurso más eficiente para el tratamiento de la fase aguda del ictus.

Este dispositivo asistencial ha demostrado, reducir la mortalidad, la dependencia y la necesidad de cuidados institucionales en los pacientes con ictus.

“Las Unidades de Ictus (UI) constituyen el mejor recurso asistencial para el tratamiento del ictus agudo ya que disminuyen la probabilidad de muerte o incapacidad en todos los grupos de pacientes, y el beneficio se mantiene a largo plazo. A pesar de que la mayoría de los ictus se pueden resolver desde el punto de vista diagnóstico y terapéutico en los centros que disponen de UI, algunos pacientes por su complejidad, gravedad, o por precisar técnicas avanzadas de monitorización, estudio o tratamiento, han de ser abordados en centros de máximo nivel de especialización, conocidos como Centros de Referencia de ictus o Centros de Ictus”, ha destacado Gàllego.

 

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